martes, 20 de noviembre de 2012

26. Ojos de serpiente.

Ya llevábamos como casi tres meses de entrenamiento, con cada entrenamiento me sentía mas fuerte, sentía que nadie podía conmigo. Pero creo que eso no es del todo cierto. Aun no había encontrado mi don, eso ya les preocupaba a Lunnaris y a los demás, todo semidiós tiene un don, pero el mio no salía. Probaba con todo tipo de técnicas de relajación para que saliese pero era algo imposible.

-Ya esta bien. -Paré de intentar buscar mi don. -Por hoy esta bien. -Terminó de decir Lunnaris.

-Pero si no hemos avanzado nada ¿Como va a estar bien? -Dije preocupada.

-Lo estas haciendo a la perfección, pero tenemos que buscar otra técnica, ya van quedando menos, así que tu don en poco tiempo saldrá.

Tanto entrenamiento y tanta paciencia me estaba agobiando  Todos podían hacer cosas increibles menos yo, bueno, en cuanto al don claro. Decidí dirigirme para los vestuarios y ducharme, esta vez Ivan y Jeremy me habían metido mucha intensidad al entrenamiento con la espada y cuerpo a cuerpo. La ducha era bastante confortable, pero prefería la de la casa, nada mas terminar de ducharme me cambié de ropa ya que hoy iba a estar por Barcelona dando vueltas, por el cual no me iba a complicar mucho, pero estoy en Barcelona, tengo que vestir decente. En mi mochila había una falda por encima de las rodillas suelta negra; bueno la verdad que es que era una falda cortica y encima suelta, pero menos mal que pensé en ponerme debajo un pantalón cortico como unas mayas debajo para que no se viese nada, eran negras así que camuflaba bastante bien. De parte de arriba opté por una camisa de tirantes blanca y sencilla. De calzado unos botines negros con tacón y por si pasaba frío, pues ya era las ocho y estábamos en mayo, me puse una chaqueta roja de cuero.

Nada mas salir del gimnasio deje la mochila con la ropa sucia en el coche y solo me llevé el móvil con algo de dinero que utilizaría para coger el bus para ir a la casa por la noche a la hora que me recogiese. Me dirigí al centro donde estaba el Parque Güel de Gaudí. Era de estilo medieval, y eso me encantaba, era como una especie de laberinto donde me adentré. Era un tanto fácil perderse y solo girar un par de esquinas me encontré ha Ivan un poco perdido. Yo reí entre dientes, los dos eramos un par de tontos.

-Ya nos vale a los dos perdernos. - Dijo. Nos reímos mucho la verdad, parecíamos tontos.

Tras un buen rato recorriendo el parque, conseguimos salir milagrosamente. nosotros riéndonos como unos niños pequeños nos fuimos a una cafetería típica de ahí cerca. Ivan se pidió un café descafeinado con unos churros. yo básicamente pedí un batido frió de chocolate con nada bien rico. Mientras terminaba de tomarme tranquilamente le batido pude observar que un chico me miraba fijamente, me sentía muy incomoda, su mirada fría fijada en mi con unos ojos de serpiente que me ponía la carne de gallina. No aguantaba esa incomodidad, con solo ver que Ivan ya había acabado me levanté disimulando lo nerviosa que me ponía esa persona.

-Ivan vamos, ya se esta haciendo tarde. -Este no me contesto ni rechistó, obedeció enseguida. Se levantó y le dimos la espalda al chico de los ojos de serpiente que aun me miraba fijamente con curiosidad. Pero a los pocos segundo que haber andado, Ivan se paró.

-Ostras, Mell ahora vengo que se me ha olvidado pagar. -Este salio rápidamente y me quede sola esperándolo. Pero no me quede muy sola por lo que percibía.

-Eres muy bella ¿Lo sabías preciosa? -Un aliento frió recorría mi cuerpo y al instante me di la vuelta. Solo ver esos ojos de serpiente ya me asustaba más. -Tranquila preciosa, no te voy hacer nada mal, solo si te vienes conmigo te daré placer. -No podía hablar, estaba en lapsus. Me alejaba lentamente de el, pero el lo percibía rápidamente. -No te alejes de mi preciosa. -Ni caso le hacía, salí corriendo rápidamente para ir a adentrarme a un bosque para perderle pero era imposible, el ya estaba ahí. Me detuve del susto y me di la vuelta, pero era tarde, este ya me agarraba del brazo con fuerza.

-Suéltame. -Grité, pero este reía entre dientes.

-Tu te vienes conmigo. -No podía utilizar lo que aprendí de los entrenamientos por miedo de que sea un humano me descubriese. Pero en pocos segundos pude apreciar que entre las oscuridades y las sombras de los matorrales gigantes del filo del bosque, pude ver unos ojos gigantes con mirada asesina. El de los ojos de serpiente se asustó y me soltó sin querer, solo con ese acto me alejé de el y de ahí apareció una sombra que fue hacia el de un animal gigante y el salió corriendo a una velocidad incalculable.

No entendí lo que había pasado, pero al ir hacía la cafetería vi que Ivan estaba saliendo, no le pensaba contar nada de lo que había pasado. Debía valerme por mi misma, y para la próxima estaré mas preparada. En solo cuestión de segundos que este saliese nos dirigimos a su coche y nos fuimos directamente a la casa, a cenar y a descansar ya que mañana nos esperaría un día bastante movido.