miércoles, 7 de marzo de 2012

5. Cambios.

Dejé la nota y abrí el neceser. Estaba lleno de productos de belleza: mascarillas, sombra de ojos, champús, quita granos... Parecía un estuche de maquille profesional. Estaba aun sin habla cuando pensé... ¿A que viene ahora que mi madre se interese por mi? No me lo pensé dos veces y decidí ir a ducharme ya que en cinco minutos me daba tiempo de sobra. En la ducha me sentí con un gusto increíble cuando el agua iba cayendo por mi cuerpo ha cincuenta grados que relajo todo mi cuerpo y cuando utilicé el gel y el champú de mi madre, y entonces me relajo totalmente el alma, y salio una aroma que hizo que me sintiese como una diosa. Nada mas terminar, salí delicadamente de la ducha y me sentí mas ligera y mas segura de mi misma. Me sequé el pelo rápidamente. Sentía el pelo mucho mas suave de lo normal, y todo gracias a los champús de mi madre.

-¡Melody! ¿Estas lista ya?- Era mi padre, se me había pasado totalmente el tiempo. Me puse rápidamente la ropa que tenia preparada en el baño, nunca había ido tan rápida, mi corazón se aceleraba por que tenía una corazonada. Cada vez oía mas los pasos de mi padre subiendo las escaleras. Hasta que llego un momento que terminé de ponerme la chaqueta y llamo a la puerta mi padre.-¿Mell estas lista?- Tan solo pronunciar esas palabras abrió la puerta inmediatamente, y se quedo paralizado. Yo se a que venia esa cara, sería por el arreglarme tanto. -Nuevo "look" diferente ¿no?- Preguntó sin mas aun con la cara de piedra.

-Si.- Dije un tanto avergonzada por no estar acostumbrada a llevar este tipo de atuendos; pero aun así me miro fijamente y sonrió. No veía muchas veces esa sonrisa a mi padre pero me gustaba de vez en cuando verle sonreír.

-Bien, vamos preciosa.- Dijo con un tono grave haciendo el tonto. Yo me reí al ver que quería que le rodease el brazo y acepte encantada como cualquier señorita. No se por que, pero me sentía como un princesa en ese momento; no podía negar que me gustase esa sensación, pero lo normal seria que esas sensación se acabase en nada de tiempo, pero de momento no fue así.

En el camino para el restaurante mi padre no paraba de hacerme piropos y tal. No sabia a que venían a cuento pero yo le seguía la corriente. Tenía la sensación de que debería verme en el espejo al momento de decidirme de verme se paro el coche. Habíamos llegado y no me dio tiempo a verme. Cuando empuje la puerta para entrar en el restaurante vi al instante por el cristal a una figura familiar. Era Lunnaris, Ivan y los señores Sky. No se por que pero me sentía en ese momento una mas. Entre y todas las miradas se dirigían a mi, pero mis ojos no se podían apartar de los hermosos ojos azules de Ivan. No se por que me atraia tanto, solo lo conocia por su primer dia de instituto pero aun asi al verle me una atraccion hacia el que era inevitable. Llevaban lo mismo que en el instituto, pero no me importaba, ya que ese atuendo le quedaba como un guante, y Lunnaris tenia un estilo único y moderno, y eso me gustaba. Decidí bajar de mis pensamientos de adolescente y me acerqué a la mesa junto a mi padre. Caminando decidida como nunca, me acercaba a la mesa, pero algo me hizo detener cuando me mire un reflejo en uno de los espejos que había en el restaurante. Estaba de piedra al ver mi rostro... Perfecto. Llevaba un pelo liso precioso que me cubría toda la espalda, era un castaño tan tan claro que si me descuido con el sol se pondría rubio oscuro; una piel perfectamente lisa y con un poco de color mas oscura, pero muy poco. No tenia ningún grano, ninguna peca, ninguna imperfección. Y unos ojos de escándalo... se me alargaron las pestañas, y mis ojos se volvieron de color azul verdoso, un color tan tan raro que nunca se lo veía a nadie. Y mi cuerpo era estupendo, tenía mas pecho de lo normal y estaba delgada y unos buenos muslos de atleta. Todo era diferente en mi, y solo por eso podía explicar las miradas directas  mi. Una reacción tonta hizo que soltase de golpe a mi padre y me fuese corriendo al baño a meditar que es lo que estaba pasando...

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