sábado, 22 de septiembre de 2012

21. Sorpresa

Como esperaba, el día de compras solo para chicas había sido todo un excito. Lunnaris parecía muchísimo mas contenta que antes, me gustaba ver esa sonrisa tan bonita que ella tenía; y con Daniela y Anais me estaba llevando muy bien, eran muy majas y estaban muy locas, y eso me gustaba. Gracias a que ellas son semidiosas y Lunnaris se criaba con ellas, poseían bastante dinero y podia comprar tanto como quisiera, aun que no era de abusar con el dinero, eso no me gustaba, pero a lo que no podía evitar de comprar no me resistía. Nada mas terminar ya era las siete de la tarde, y decidimos recogernos, pero a la salida veia como Daniela y Anais se iban por su cuenta por que habian quedado con Marc y Lucas; yo veia quimica entre ellos pero no saque conclusiones precipitadas y me dirigí al coche con Lunnaris, pero esta vez conducía yo. Nos metimos en el coche con tranquilidad, esta estaba de muchísimo mejor humor, y hablábamos de tonterías de Ivan y de los demás semidioses, ese camino de me pasó rápido pero en un momento inesperado pare el coche en una cafetería a diez minutos en coche de llegar a la casa. Al frenar el coche veía en mis ojos ella que ya tramaba algo y no dudo en hablar.

-Bien Melody ¿Que estamos haciendo aquí? ¿Por que has parado? -Toda esa felicidad de su cara se fue en un instante, ya me daba miedo su mirada asesina cuando exigía una respuesta. Se me ocurrió una estrategia para ocultar la verdad, a si que decidí ponerle una canción de nana, sabía que era  su favorita, siempre se la ponía antes de dormir y la oía y veía como a los pocos segundos se dormía. Pocos segundos después puse el cD con la canción, ella exigía una respuesta pero veía como funcionaba, poco a poco estaba durmiéndose, era un angelito cuando dormía, y sabia que después de esto me mataría, o no. Me dí cuenta que estaba hablando en sueños, como una dirección de casa, y corri rápidamente en apuntarla he ir para allá  Daba la casualidad que estaba en Barcelona, pero tardaría en llegar como unos cuarenta minutos, no dude mas, y me fui para allá como si la vida dependiese de ello.

Ya habíamos llegado, tarde un poco mas de lo que esperaba, pero había llegado, sana y salva, y Lunnaris no se había despertado aun; me daba cosa despertarla por si me pega o algo, solo de pensarlo me reí entre dientes mire para la casa donde habíamos llegado. Pocos segundos después veía como alguien salia de la casa, era una mujer mayor, aparentaba tener los setenta años, pero no me arriesgue en decidir. Bueno, me decidí en despertarla, poco a poco iba abriendo sus hermosos ojos.

-Mell, ¿Que ha pasado? -Preferí no contestarla y solo me limité a señalar la casa donde me había llevado su sueño. -¿Que hacemos aquí Melody? ¿Donde esta..? -Se quedo fijamente mirando a la señora que había salido de la casa hace apenas unos segundos. -¿Nani..? - Recapacitó. ¡Nani! Claro, estaba soñando con ella, la echaba de menos. Estaba mirando a Nani detenidamente y me miro después de unos segundos. -¿Como sabías..? -

-Tus sueños me los han revelando, se que estabas deseando volver a verla... -Ella salido del coche como una rayo, no me dio tiempo a terminar. Pude presenciar la imagen de la ancianita mirando confusa a Lunnaris, en unos pocos segundos Nani la miro con alegría y con lagrimas cayendo por sus mejillas, seguidamente Lunnaris se acercó un poco mas.

-Nani... -Dijo ya llorando de alegría y cada vez acercándose mas pero poco a poco.

-Mi niña... -Pude oír que lo decía Nani mientras que se levantaba con dificultad de la silla del porche. Pude ver que Lunnaris no aguantaba mas y fue corriendo hacia ella con una alegría enorme; al ver esa imagen de esas dos personas juntas me llego al corazón, podía sentir lo feliz que podía estar Lunnaris en este momento. Decidí salir del coche y acercarme a ellas, aun que sabia que era un momento intimo sabia que no podríamos estar aquí mucho tiempo.

-Estas preciosa hijita. -Podía oír cada vez que me acercaba mas a ellas lo contentas que estaban.

-Feliz cumpleaños Nani. -


domingo, 16 de septiembre de 2012

20. Teorías y un despeje.

Pasé de eso he Ivan sugirió de ir al salón a hablar, y con la sugerencia todos los que estábamos en la entrada nos dirigimos al salón. Yo me fui a la cocina a ofrecer chocolate caliente y alguna galleta, estos me agradecieron el gesto y cogieron cada uno su taza con una par de galletas. Hubo unos momentos de silencio hasta que Daniela quiso romper el silencio, dio un par de palmadas y todos les prestamos ateción.

-Bueno chicos, mejor dicho Melody, hemos venido aquí para  prepararte. La razón, para que puedas volver a  ver a tu madre y sepas cual es tu pasado y ayudarla a hacerle volver a recuperar la memoria, pero si no demuestras que eres hija de Atenea no podrías ir a sus aposentos en el Olimpo. -Terminó de hablar por que enseguida tuve que preguntar.

-¿Como sabrían que soy la hija de Atenea? Creo que con el DNI no vale. -Este comentario soltó alguna risita a los demás semidioses y al parecer cogió el turno de palabra Anais.

-No exactamente, veras, sabrás que cada Dios tiene algún don ¿no? -Asentí atendiendo a sus palabras. -Pues veras, cada uno de nosotros tenemos un don que nos identifica como hijo o hija de tal Dios, ademas que es por una marca que tendrás en alguna parte del cuerpo al terminar de identificar de que Dios eres hija. Yo al ser la hija de Afrodita tengo como el don de convertir a alguien la persona mas hermosa del mundo, o poder controlar a las personas por mis "encantos". -Se explico bien, tenia que encontrar mi don, pero seguramente me lo diría para ver mi punto fuerte.

-Yo por el cambio al ser la hija de Driadas controlo la naturaleza, básicamente la tierra y la flora. -Dijo Daniela.

-Yo al ser hijo de Poseidon controlo las aguas, y puedo hacer de curarme las heridas con solo tocar el agua, y eso en los combates cerca del agua viene muy bien, aparte también puedo curar a personas ajenas. -Explicó Lucas.

-Yo, como hijo de el gran Hades puedo hacer que vengan durante unos segundos los espíritus muertos y ademas en alguna ocasión especial de resucitar, aparte de poder utilizar mi poder de lanzar una bola negra que derroto a mi enemigo al instante. -Dijo riéndose, y básicamente un poco presumiendo, pero no le daba tanta importancia.

-Y tu Melody -Continuo Ivan. - al ser hija de Atenea, en lo que es el combate a tu enemigo le es difícil derrotarte, ademas que tendrías un gran manejo con la espada y muchas mas cosas que tendrás que descubrir. Ademas, una vez que te hayas completado como una semidiosa verdadera te saldrá como una marca rara, por ejemplo yo tengo la de un rayo, y los demás de lo que le corresponde, si te digo la verdad, no se que te podría salir a ti. -Este me volvió a sonreír al terminar de hablar y yo me alegre.

Terminando aquella rara reunión, los cuatro semidioses se fueron a los sofás a dormir un poco; habían echo un viaje bastante largo para venir para acá. Yo decidí ir para mi habitación y descansar de aquella mañana, pero dentro de nada sería la hora de comer, a si que, me daba tiempo de descanso como unos veinte minutos, pero mejor eso que nada. Apunto de llegar a la habitación de Lunnaris, pude oír que estaba con Kenai hablando, me limité a escuchar un poco la conversación por que oí algo de mi.

-Es bastante tímida Melody, pero vamos, normal que este así por tu visita Kenai. Recuerda que se ha criado con un padre que es Licántropo, no es fácil todo esto para ella, pero para eso estamos nosotros. -

-Entiendo, antes de que se me olvide, nani esta bien. -Nani, la mujer que cuido de Lunnaris cuando era una niña, la de su historia.

-¿Qué se sabe de ella Kenai? -Preguntó Lunnaris ansiosa por saber algo de ella.

-Nada nuevo, ya tiene los setenta y un años, hoy es su cumple, y como siempre, mira vuestra foto de cuando tenias cinco años y se le salta algunas lagrimas. Lunnaris, te hecha mucho de menos. -Solo decirle eso Lunnaris cambio la cara totalmente y bajo la cabeza, me dolía bastante al ver a Lunnaris así. No soportaba esta situación, pero apunto de irme siguen hablando. -Me tengo que ir, siento no serte de mucha ayuda. -

-Tranquilo, lo eres. Ya nos veremos Kenai otro día, pero antes avisa por móvil. -Este asintió y le dio un beso en la mejilla y saltó por la ventana y de hay desapareció. Podía haber pasado de largo de toda esa información, pero no hice eso, entre al dormitorio de Lunnaris con decisión.

-Lunnaris, -Me senté en la silla con un poco de timidez. -Te he oído hablar con Kenai, no era mi intención, pero te veía tan mal que no lo pude evitar. -

-No pasa nada. -Dijo ella.

-Si que pasa, y quiero que estés bien, ¿Que te parece si nos vamos de compras nada mas comer? Estaría a salvo por que estoy contigo ¿No? -Por la cara que puso no le pareció mala idea y nada mas comer fuimos como tarde tarde de chicas Lunnaris, Daniela, Anais y yo a por el coche de camino al centro comercial mas cercano de Barcelona.

lunes, 3 de septiembre de 2012

19. Visita

Directamente me fui a la cama y suprimí lo ultimo que me dijo. Al día siguiente me levanté con el hermoso canto de los pájaros, esa mañana estaba de buen humor, me dirigí al armario y me decidí por un conjunto mas normal, unas mayas negras con mis deportivas negras y blancas, y como veía que hoy iba a hacer un tanto de fresco me puse una sudadera blanca con letras y frases de colores negras, azules y grises. Nada mas vestirme decentemente, me dirigí al baño y con una sola pasada con el peine en mi pelo, ya se quedaba un laceo precioso, era ventaja de ser la hija de un Dios; mi cabello laceo me cubría toda la espalda y como lo tenía un castaño tan claro que se acercaba al rubio oscuro, y mi piel era un tanto menonita, hacía que mis ojos azules con un poco de verdoso destacasen una barbaridad. Ya lista bajé a la cocina para desayunar, esa mañana no tenía mucha hambre, a si que me tomé un baso de leche con galletas y ya iba bien, me giré rapidamente al oir el timbre. Me dirigí hacía la puerta para abrir la puerta, pero Ivan se me adelantó, no llegó a abrir por que se me puso delante mia y me miró a los ojos, no sabía el por que, pero cada vez que me miraba, cada vez me sentía mas atraída a el y a su rostro perfecto de un semidiós, el hijo de Zeus. Baje de mi nube y deje que abriese la puerta, este se rió silenciosamente y me sonrió, seguidamente abrió la puerta y en ella entraron cinco personas. Por la perfección de sus cuerpos de cuatro de ellos y la otra persona pálida como la pura nieve deducía que era cuatro semidioses y un vampiro; otra vez, vampiro, escalofrió por todo el cuerpo cuando vi sus hermosos ojos que me llamaron la atención. Por lo que veía, los tenía negro como el carbón pero brillaba como la pura luna, tenía el pelo de un castaño tan oscuro que hasta creía que era negro y muy engominado; este vestía con unos vaqueros oscuros, con una camiseta ajustada gris oscura y llevaba como un abrigo, pero no lo era, de color negro, y para terminar el conjunto, un pañuelo negro que tapaba parte del cuello. Ivan se dio cuenta que observaba al vampiro con detenimiento y decidió intervenir, pero se adelantaron.

-Así que es cierto que la hija de Atenea vive, tantos años de búsqueda por fin han llegado a sus frutos. -Dijo uno de los semidioses, su perfecto pelo castaño oscuro con esos ojos color miel mezclado con fuego que ya me decía que era hijo de Hades, Dios del inframundo, tenía un cuerpo perfecto, el pelo era un poco larguito y liso, no tenía pecas, no tenía granos, los cuatro semidioses eran perfectos. Vestía con un pantalón de chándal negro y una sudadera roja con formas raras negras y blancas. Este se dirigió a mi y me cogió de la barbilla mirando atentamente a todos mis rasgos. -Sin duda es hija de Atenea, son una tanto raros los ojos, pero si que es su hija.-

-Bien Mell, estos son Marc,- Refiriéndose al hijo de Hades que me sonrió. - Daniela, Lucas, Anais y... Kenai. - El vampiro por lo que veía se llama Kenai, ese nombre ya lo había oído... Claro, el de la historia de Lunnaris, bueno, Daniela es bajita como Lunnaris, con el pelo rizado, muy rizado castaño neutro con flequillo liso. Tenía unos ojos grandes, de un color un tanto raro, era un marrón neutro con una mezcla de gris y verde que me hechizaba con la mirada sus ojos. Vestía con unas convers negras al parecer de las nuevas que han sacado, con unos vaqueros cortos claros y una camiseta blanca mas una chaqueta Nike, era verde con el símbolo Nike en negro. Luego esta Lucas, tan alto como Marc, pero este iba un poco mas pijo, y parecía mas educado que Marc, iba con vaqueros largos con una chaqueta vaquera con camisa blanca. Tenía el pelo corto de color rubio, pero un rubio rubio muy rubio, era tan claro que me llamó la atención, con la piel morena pero no mucho, y sus ojos eran grises. Y para terminar, Anais, era tan alta como Lucas y Marc, con la piel morena, y su pelo castaño oscuro ondulado tan bien cuidado que me daba envidia, esta también iba mas o menos como Daniela nada mas que llevaba la chaqueta blanca con lo de Nike azul, y sus ojos eran de un verde tan claro que me encantaba. Bueno ahí están los cuatro semidioses perfectos y el vampiro.


-Encantada. -Dije por fin. Las chicas me sonrieron, y se acercaron al momento.

-Bien, yo soy Daniela, y ella Anais. Y bueno para ponerte al dia, Marc es hijo de Hades, Lucas de Poseidon, Anais de Afrodita y yo de Dríadas. ¿Supongo que sabrás quienes son verdad? -Parecía simpática, y muy habladora y eso me gustaba. Yo asentí ya que me sabía los dioses de memoria. Apunto de decirles de ir al salón de la nada salió Lunnaris bajando de las escaleras. Miraba atentamente a Kenai por lo que veía, este se acercó a ella.

-Tenemos que hablar. -Dijo solamente Kenai a Lunnaris muy bajo pero solo yo les oí perfectamente. Sin dudarlo, vi como Kenai y Lunnaris iban arriba para hablar.

sábado, 1 de septiembre de 2012

18. La historia de Lunnaris

-Pues... Como ya he dicho antes, yo vagaba sola por las calles, pero antes tenía una familia, o eso me dice mis sueños. -Empezó a contar su historia, y lo que me impacto al principio es lo de los sueños. 

-En esos sueños ¿Qué sueñas? ¿Y siempre acierta? -Pregunté con curiosidad.

-Son como visiones del pasado, y también las tengo presentes y futuras; las tengo solo cuando duermo. Bueno, el caso es que esos sueños me veía abrazada a mi madre, y al lado mía mi hermana. Era un bebe normal y corriente, solo me destacaba unos ojos enormes, lo raro es que nunca me acuerdo del color. Luego otra de las visiones o sueños como prefieras decirlo, era que mi hermana y yo estábamos en la cuna y a pocos segundos veía como entraban unas personas desconocidas a la habitación con brusquedad y veía como se dirigían hacia nosotras y nos cogían en brazos y nos llevaban fuera de nuestro hogar. De mis ultimas imágenes que tengo de ese sueño es que veía a mi madre llorar y herida ya dándola por muerta y cuando soltaba la mano de mi hermana, ella hiendo a un lado y yo a otro. -Finalizó su historia, la verdad es que era un tanto triste. Por lo menos ella se podía acordar un poco de su pasado, mientras que yo del mio no, por ese motivo tenía un tanto de envidia, pero para eso estoy aquí, para averiguar cosas de mi pasado, de vivir este presente, y ver que me parará el futuro.

-Es... Triste, saber que tienes una hermana por ahí, y no saber donde esta... Yo no tuve la oportunidad de compartir mi vida con un hermano o hermana de la misma sangre. -

-Por eso me he puesto así de ese humor, tu puedes saber quien es tu madre, y puedes verla, y tu padre puede que hasta que lo encuentres, yo no tengo esa suerte... -Se tumbó en la cama y empezó otra vez a contar. -También otros de mis sueños, es cuando de pequeña iba pasando de adulto en adulto por que no querían cuidar aun teniendo como los seis meses. Así mi transcurso de los años hasta llegar cuando yo tenía los 8 meses a una mujer me acogió en su casa hasta los cinco años. Durante ese transcurso de tiempo, notaba que no era una niña normal y poco a poco me ponía cada vez mas pálida y parecía que empezaba a madurar mis poderes. Empezó siendo la super velocidad, luego el hacer formar con la tierra y el agua, y muchos mas que descubrí hasta llegar hasta aquí. Y el día que cumplí cinco años, vi el amanecer, pensando que hoy sería algo diferente, ande hasta la cocina y esperar a mi nani, así es como llamaba a la mujer que cuidaba. A los pocos minutos veía una ambulancia fuera de casa, no dude en salir, pero al darme cuenta que era mi nani la que estaba en la camilla se me cayó el alma al suelo, me dijeron que no estaba muerta y que tenía una nota para mi. Tome la nota... -Contemplé como le caía una lagrima por su delicada mejilla y se me destrozaba el corazón verla así. Esta se la quitó y continuo. -Ponía que huyera, alguien me buscaba y me quería muerta, que huyera y que me echaría de menos y cuando sea, siempre estaría en la misma casa. Solo leerla me fui corriendo, me fui, no quería hacerle mas daño, pero en la salida del hospital, bajo una tormenta, esa cosa me estaba. No sabría describir lo que era por que no me acuerdo, solo se que me quería a mi, pero en la nada, salió un niño aun mas rápido que yo, que lo separó de mi y me alejó lo suficiente del monstruo como para huir. Este me cogió en brazos y salimos corriendo hasta llegar donde me recogieron Zeus y Ivan. Pero antes de irme con ellos y empezar una nueva vida, pregunte por el nombre de mi héroe, era Kenai, un vampiro. -Me quedé con la palabra vampiro y se me puso la carne de gallina, pero deje mis tonterías y seguí escuchando. -Y desde entonces, uno de los vampiros superiores me esta entrenando y también algún entrenador de los Dioses hasta llegar hasta aquí, buscando la hija perdida de Atenea, a ti, te ví en un sueño, y supe que teníamos que ayudarte, a salir de tu mundo, para entrar en el nuestro. Por eso digo que tu puedes conocer y estar con algún familiar yo no, por eso, intento ayudarte y me preocupo tanto por ti Mell... -La abrace con cariño totalmente arrepentida de todo lo que le dije cuando bajé del coche, esta se separó un poco de mi y me miró. -Mañana tienes visita Mell, vete a dormir.-