lunes, 3 de septiembre de 2012

19. Visita

Directamente me fui a la cama y suprimí lo ultimo que me dijo. Al día siguiente me levanté con el hermoso canto de los pájaros, esa mañana estaba de buen humor, me dirigí al armario y me decidí por un conjunto mas normal, unas mayas negras con mis deportivas negras y blancas, y como veía que hoy iba a hacer un tanto de fresco me puse una sudadera blanca con letras y frases de colores negras, azules y grises. Nada mas vestirme decentemente, me dirigí al baño y con una sola pasada con el peine en mi pelo, ya se quedaba un laceo precioso, era ventaja de ser la hija de un Dios; mi cabello laceo me cubría toda la espalda y como lo tenía un castaño tan claro que se acercaba al rubio oscuro, y mi piel era un tanto menonita, hacía que mis ojos azules con un poco de verdoso destacasen una barbaridad. Ya lista bajé a la cocina para desayunar, esa mañana no tenía mucha hambre, a si que me tomé un baso de leche con galletas y ya iba bien, me giré rapidamente al oir el timbre. Me dirigí hacía la puerta para abrir la puerta, pero Ivan se me adelantó, no llegó a abrir por que se me puso delante mia y me miró a los ojos, no sabía el por que, pero cada vez que me miraba, cada vez me sentía mas atraída a el y a su rostro perfecto de un semidiós, el hijo de Zeus. Baje de mi nube y deje que abriese la puerta, este se rió silenciosamente y me sonrió, seguidamente abrió la puerta y en ella entraron cinco personas. Por la perfección de sus cuerpos de cuatro de ellos y la otra persona pálida como la pura nieve deducía que era cuatro semidioses y un vampiro; otra vez, vampiro, escalofrió por todo el cuerpo cuando vi sus hermosos ojos que me llamaron la atención. Por lo que veía, los tenía negro como el carbón pero brillaba como la pura luna, tenía el pelo de un castaño tan oscuro que hasta creía que era negro y muy engominado; este vestía con unos vaqueros oscuros, con una camiseta ajustada gris oscura y llevaba como un abrigo, pero no lo era, de color negro, y para terminar el conjunto, un pañuelo negro que tapaba parte del cuello. Ivan se dio cuenta que observaba al vampiro con detenimiento y decidió intervenir, pero se adelantaron.

-Así que es cierto que la hija de Atenea vive, tantos años de búsqueda por fin han llegado a sus frutos. -Dijo uno de los semidioses, su perfecto pelo castaño oscuro con esos ojos color miel mezclado con fuego que ya me decía que era hijo de Hades, Dios del inframundo, tenía un cuerpo perfecto, el pelo era un poco larguito y liso, no tenía pecas, no tenía granos, los cuatro semidioses eran perfectos. Vestía con un pantalón de chándal negro y una sudadera roja con formas raras negras y blancas. Este se dirigió a mi y me cogió de la barbilla mirando atentamente a todos mis rasgos. -Sin duda es hija de Atenea, son una tanto raros los ojos, pero si que es su hija.-

-Bien Mell, estos son Marc,- Refiriéndose al hijo de Hades que me sonrió. - Daniela, Lucas, Anais y... Kenai. - El vampiro por lo que veía se llama Kenai, ese nombre ya lo había oído... Claro, el de la historia de Lunnaris, bueno, Daniela es bajita como Lunnaris, con el pelo rizado, muy rizado castaño neutro con flequillo liso. Tenía unos ojos grandes, de un color un tanto raro, era un marrón neutro con una mezcla de gris y verde que me hechizaba con la mirada sus ojos. Vestía con unas convers negras al parecer de las nuevas que han sacado, con unos vaqueros cortos claros y una camiseta blanca mas una chaqueta Nike, era verde con el símbolo Nike en negro. Luego esta Lucas, tan alto como Marc, pero este iba un poco mas pijo, y parecía mas educado que Marc, iba con vaqueros largos con una chaqueta vaquera con camisa blanca. Tenía el pelo corto de color rubio, pero un rubio rubio muy rubio, era tan claro que me llamó la atención, con la piel morena pero no mucho, y sus ojos eran grises. Y para terminar, Anais, era tan alta como Lucas y Marc, con la piel morena, y su pelo castaño oscuro ondulado tan bien cuidado que me daba envidia, esta también iba mas o menos como Daniela nada mas que llevaba la chaqueta blanca con lo de Nike azul, y sus ojos eran de un verde tan claro que me encantaba. Bueno ahí están los cuatro semidioses perfectos y el vampiro.


-Encantada. -Dije por fin. Las chicas me sonrieron, y se acercaron al momento.

-Bien, yo soy Daniela, y ella Anais. Y bueno para ponerte al dia, Marc es hijo de Hades, Lucas de Poseidon, Anais de Afrodita y yo de Dríadas. ¿Supongo que sabrás quienes son verdad? -Parecía simpática, y muy habladora y eso me gustaba. Yo asentí ya que me sabía los dioses de memoria. Apunto de decirles de ir al salón de la nada salió Lunnaris bajando de las escaleras. Miraba atentamente a Kenai por lo que veía, este se acercó a ella.

-Tenemos que hablar. -Dijo solamente Kenai a Lunnaris muy bajo pero solo yo les oí perfectamente. Sin dudarlo, vi como Kenai y Lunnaris iban arriba para hablar.

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