viernes, 12 de octubre de 2012

22. De vuelta a la casa.

Parecían muy felices de volver a verse, me alegré de haberle echo a Lunnaris esa pequeña sorpresa, cada me acercaba mas a ellas. Cuando conseguí llegar a ellas con delicadeza me miró Nani con detenimiento, no sabia que estaría pensado de mi al verme, pero en nada supe la respuesta.

-¿Esta chica es tu amiga hijita? -Me alegro que me veia con buenas intenciones, y Lunnaris asintio con la cabeza muy contenta.


-Encantada Nani, yo soy Melody. -Y sonreí al ver a Lunnaris tan feliz.


-Pero no os quedéis aquí, vamos, entremos a mi casa, puedo preparar un chocolate caliente que seguro que os gustará. Es el que te preparaba a ti de pequeña hijita. -Lunnaris cada vez mas feliz solo pasando esos segundo con su querida Nani, pero tuve que intervenir.


-Lo sentimos Nani, pero tenemos que irnos en un par de minutos. Hemos venido para estar poco tiempo, es una lastima no podernos quedar mucho mas tiempo, si eso otro día volvemos a venir. -Pude presenciar la cara de tristeza en su rostro y la de Lunnaris, pero reaccionó bien y abrazó a Nani.


-Tranquila, volveré. En un par de días o mañana ¿Te parece? -Ella asintió con ganas y se separo de ella y se dirigió a mi para decirme una cosa al parecer.

-Cuida de ella por favor. -Me dijo claramente y asentí segura de mi respuesta. Nani se quedo en el porche de la casa mientras nosotras nos subíamos al coche para dirigirnos a la casa, ya veía a Lunnaris con otra aura, mas segura de si misma, mas contenta, pero a la vez un tanto triste por volver a despedirse de Nani.

 Lo veía un tanto normal, solo el poder estar cinco minutos con la persona que tanto querías, que te ha cuidado de pequeña y luego te la rebata... Creo que se como es esa sensación y sabe perfectamente que podía contar conmigo para lo que fuese.

-Mell. -De repente la miro y me mira seriamente, pero a la vez con agradecimiento. -Gracias por lo que has echo por mi, nadie había echo algo tan bonito por mi. -Esta sonrío y una pequeña lágrima acariciaba su mejilla. Verla tan feliz también me hacía feliz y le sonreí.

-No se merecen Lunnaris, se cual es esa sensación, de perder a alguien que quieres y no verla nunca; también sabia las ganas que tenías por volver a ver a Nani y no quería verte sufrir, es más, no puedo verte sufrir. -Ella me sonrió y a partir de eso cogimos mas confianza, pero estaba ella cansada y decidió dormir un poco, mientras que yo conducía para volver a casa. El trayecto fue un tanto mas largo que antes, la razón, por que me había perdido. Estaba un poco preocupada pero vamos, en cero coma volví a la carretera que tenía que ir. Podía calcular que nos quedaba para llegar como máximo quince minutos. Al calcular eso me vibró el móvil, lo saqué rápidamente para no despertar a Lunnaris y ví quien era la persona que me estaba llamando. Era Ivan y no dudé en cogerlo.

-Dime Ivan. -

-Mell, ¿Donde estáis tu y Lunnaris a estas horas? ¿Sabes la hora que es? Anai y Daniela llegaron hace mucho tiempo y están es sus habitaciones. -Parecía preocupado, y no dude en contestarle para tranquilizarle un poco.

-Tranquilo Ivan, he llevado a Lunnaris a un sitio para enseñarle una cosa, no es nada, no queríamos que se alargaría tanto... - En cero como algo paró el coche de repente, y no sabía el que o quien lo había echo. -Tengo que colgar Ivan, que Lunnaris se despierta, llegare en veinticinco minutos y tengo llaves. Hasta ahora. -No le di tiempo a contestar, y le sumé aproximadamente diez minutos de vuelta a casa para ver que me había parado el coche.

Salí con algo de miedo pero decidida para ver que es lo que había pasado. Me di cuenta que no había casi nada de luz, nada mas que la del coche y la de la luna del cuarto creciente. Podía oír los pasos de la cosa o persona que había parado el coche pero no podía encontrar su rostro. De la nada pude ver como brillaban en pocos centímetros de mi unos colmillos pequeños pero bien afilados que se acercaban a mi con una rapidez como la luz. Nos cogimos mutuamente de los hombros eso empujándome para el coche y yo a la inversa. Con la poca luz del coche pude ver que era un chica la que me estaba atacando. Conseguí empujarla y lanzarla lejos de mi pero se puso de pie.

-¿Que es lo que pretendes hacer con Lunnaris? Libérala inmediatamente. -Dijo furiosa. Estaba confusa, se creía que yo estaba raptando a Lunnaris, eso si que es una paranoia.

-Te equivocas. Yo no... -Tarde para darle explicaciones. Ya la veía venir hacia mi con furia, pero a pocos segundos de poder destriparme o algo delante de mis narices aparecía Lunnaris.

-Julie deja a Melody, ella es la hija de Atenea. - Gritó con furia para defenderme. Solo pronunciar esas palabras, la chica se tranquilizó y aguardo de fuerza. Con la poca luz que había, podía ver con exactitud como era la muchacha. Tenía el pelo corto que no terminaba el cuello, un laceo perfecto que combinaba muy bien con ese color negro como el carbón. Su piel era totalmente pálida  no tanto como la de la nieve, pero no se quedaba lejos; luego su cuerpo era igual que el de Lunnaris, perfecto, nada mas que esta tenía un poco mas de pecho que esta; y sus ojos... Sus ojos acababan de pasar de un naranja amarillento a un marrón miel precioso. Solo se me venía a la cabeza una palabra, pero no me atrevía a decirla. -Mell, te presento a mi amiga Julie, es un vampiro. -Esa palabra que me ponía los pelos de punta, esa palabra que tanto odio tenía, esa cosa, era un vampiro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario