martes, 17 de julio de 2012

13. Explicación


¡¿Como?! Vale, un momento de reflexión ¿Se esta refiriendo de la Diosa Atenea? Vale, esto es un programa de cámara oculta seguro. Veía como Hinata se iba acercando a mi con rapidez, y me cogía de la mano. Notaba su preocupación en sus ojos, y me preguntaba el por que de su preocupación.

-¿Ellos aun no te han dicho nada verdad?- Preguntó esperando que fuese sincera, yo no dude ni un instante y negué con la cabeza, ella suspiró y me miró a los ojos.- Tienes mucho que saber, yo no se toda la historia, pero hay unos que...-

-¡Melody!- Giré y vi como Lunnaris iba corriendo hacía mi desesperada por mi huida. Hinata me soltó al instante y se alejó, es como si tuviese miedo de ella, no entendía el por que. Lunnaris llegó hacía mi y me cogió de los hombros desesperada.- ¡¿Como se te ocurre irte sin mas idiota?! ¡No sabes que estas en peligro!- Esta me intentó llevar de vuelta pero me solté bruscamente y la miré con odio.

-¡¿Como quieres que sepa que estoy en peligro si no me dices nada de mi?!- Esta se quedó de piedra, pero yo no me corté y seguí hablando. -¡Soy la hija de Atenea y no me dijiste nada! ¿Como no quieres que este así? Y hace nada descubro que mi padre, bueno mi supuesto padre es una vestía...-

-No es una vestía cualquiera, es un licántropo.- Dijo Hinata con mucha claridad y seriedad. Lunnaris se dirigió hacía ella con una mirada desafiante, esto parecía un campo de batalla, pero decidí meterme en medio de estas dos al instante. Me sentía bastante incomoda pero a unos pocos segundos pude separarlas.

-Mell, nos vamos. Y no es una sugerencia.- Dijo claramente Lunnaris, no me hizo mucha gracia la idea, pero suspiré y comencé a seguirla. Pero antes de salir de ese campo de batalla, Hinata se dirigió hacía mi y me dio un papel. Supuse que era su numero de teléfono, y acerté, ella me sonrió y se la devolví y me dirigí otra vez hacía Lunnaris. La caminata de vuelta a la casa de donde me desperté se hizo mas larga de lo que esperaba, y por la posición del sol intuía que ya era sobre las tres de la tarde, pero en pocos minutos después volvimos a la casa. Al entrar en la casa pude ver a Ivan sentado en el sofá junto uno de los libros que estaba en la habitación donde me desperté, este al oír el cierre de la puerta giró con brusquedad y me miró preocupado y corrió hacía mi como un loco y me abrazó. Sentía todo su calor y su agradable aroma, pero decidí soltarle, tenían muchas cosas que explicarme.

-Tienes cosas que explicarme.- Dije solamente, y eso le bastó para cambiar la cara y conducirme hacía el sofá junto a Lunnaris. Me daba a mi que iba a ser una historia interesante.

-Bien Mell, anoche recibiste la noticia de que tu eres hija adoptiva, y le viste transformarse en una criatura peligrosa, nosotros intentamos reaccionar antes, y entregarte el regalo de tu madre lo antes posible para poder liberarte de tu padre y que tuvieras tu verdadero cuerpo, el que te mereces.- Le interrumpí.

- ¿Y esto que tiene que ver con mi madre? ¿Es cierto que soy la hija de Atenea?- Pregunté decidida a que me diesen un respuesta. Ivan respiro y miró a Lunnaris y esta le asintió.

-Veras, si que eres la hija de Atenea, eres hija de un mortal y de Atenea, eres una semidiosa. De tu pasado sabemos muy poco, por no decir casi nada. Solo se que desde hace muchos años te estamos buscando, y cuando encontramos tu paradero, nos informamos de que convivías con... Un licántropo. Tu supuesto padre ya sabía lo que eras, he intento cubrir tu aspecto natural para no perderte, sabemos que te quería por alguna razón su manada, o por lo menos es lo que sospechamos, no hay nada seguro. - Estaba sin palabras de lo que estaba oyendo, yo, la pringada del colegio hija de Atenea.- Pero esto no lo tiene que saber nadie, eres la única hija heredera de Atenea Mell, y al ser semidiosa, solo tu ser te otorga un don. Tu madre es la diosa de la diosa de la guerra, la sabiduría, la estrategia de combate, las artes y la justicia; con entrenarte un poco, podrías convertirte en una de las mayores guerreras de la historia. - Me quedé un segundo meditando de toda la información que me había dado en apenas unos minutos, en mi mente volví a ver la escena de cuando hice una quemadura a uno de los de la pandilla de Hinata, y lo del coche, y pensé que eso no venía en la información que me había dado, pero lo dejé pasar por que tenía una pregunta que mas me interesaba.

- ¿Y vosotros que sois?- Pregunte directamente, algo tartamudeando. Ivan me sonrió y volvió ha hablar.

- Yo soy hijo de Zeus, controlo los rayos y la electricidad y poco mas. Y Lunnaris, no lo sabemos exactamente, no es exactamente un semidiosa, pero es como si lo fuera. Aparte... Existen otros tipos de criaturas en nuestro mundo.- 

-¿Qué tipo de criaturas te refieres?- Pregunté interesada y miré a Lunnaris, a sus hermosos ojos pardos pidiendo una respuesta.

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