lunes, 17 de diciembre de 2012

28. Fin de una duda.

-¡Voy ahora mismo por mantas y el botiquín  -Dijo Ivan corriendo hacía la casa rápido como un rayo. Stefan esta cada vez respirando peor y su pulsación estaba bajando.

-¡Ivan rápido! -En solo cuestión de segundos el llegó con las cosas. Estaba desinfectando las heridas del cuerpo y le dio de beber agua.

-Mell, ve a casa y llama a Jeremy para que venga inmediatamente. -Yo asentí y me levanté. -Y Mell, primero vístete antes de que piense algo raro. -Me enrojecí y fui corriendo para la casa.

Tan solo llegar a mi habitación cogí lo primero que pille a mano, unos vaqueros cortos con una camiseta de tirantes negra. Cogí mi móvil de la mesita de noche y marqué el numero de Jeremy. 

-Buenos días Melody, ¿ocurre algo? -

-Tienes que venir a casa ahora mismo. -Pude decir de lo nerviosa que estaba por esta situación. De después de eso oí como colgaba el teléfono  y al girarme pude ver que estaba detrás mía. Ya nos me sorprendía tanto, los magos son así de rápidos. Entonces nos fuimos corriendo a donde se encontraban Ivan y Stefan. Jeremy aun no entendía lo que estaba ocurriendo y no paraba de pedir explicaciones.

-Sigo sin entender lo que estaba pasando aquí Melody. -

-Tu tan solo transporta nos al salón, y que el este en el sofá y te explicaremos lo que esta pasando. -No se le quedo muy convencido pero nos dejó justo donde queríamos estar. Ivan entonces se levantó y corrió a por mas trapos y Jeremy me pidió explicaciones.

-Explica ahora, o no podre ayudar en mucho mas. -Su mirada pedía sinceridad y yo no pude negarse la.

-Stefan es un licántropo, nos ha atacado, bueno, ha atacado a Ivan, y el, es decir, Ivan, le ha echado una especia de liquido amarillento...-

-Matalobos. -Interrumpió. -Mell, ve para mi habitación, y en el primer cajón de la mesita de noche, en el fondo, hay una botella con un liquido raro, se llama verbena, ve y tráemelo. -No hice preguntas, y fui directamente a por lo que me pidió. Enseguida lo encontré y me dirigí a donde estaba Jeremy para dárselo  -Ya he sanado todas las heridas, solo necesita fuerzas. -Le dio de beber la verbena y en solo cuestión de segundos contemplábamos como sus heridas iban desapareciendo de su cuerpo y ya iba respirando con tranquilidad.

-¿Ya esta bien? -Pregunté preocupada, y Jeremy me asintió con alivio. -Menos mal... -Pude decir, sentía como mi corazón se había tranquilizado y mi cuerpo podía descansar. Me dijo que descansemos todos ya que cuando se despierte habría que hacerle algunas preguntas, me tire media hora sentada en el sofa de al lado medio durmiendo pero sin quitarle el ojo a Stefan, entonces fue cuando apareció Ivan.

-Mell, ¿puedes venir por favor? -Yo asentí pero mire a Stefan y Jeremy me hizo saber que el se encargaría de el. Entonces me quede mas tranquila. Nos fuimos a la habitación de Ivan, no sabía el por que pero lo notaba un tanto tenso y eso me preocupada. Entonces fue cuando me dirigió la palabra. -Te tengo que pedir que olvides todo lo que ha pasado. Todo lo que te he dicho básicamente  -Me quedé de piedra, hace solo cuestión de una hora me había intentado besar y ahora pretende que lo olvide, no entendía nada. -Es mejor así, me he distraído, y tu estuviste confusa y por poco no nos mata Stefan, no quiero bajar la guardia...-

-Ivan... -No sabía que decir, ni sabía por que le había interrumpido.

-Mell, te quiero. -Fue entonces cuando se me acercó y se puso enfrente de mi rostro y delicadamente me cogió de la nuca. Mi corazón latía cada décima de segundo mas rápido y poco después iba a explotar cuando me dio un beso en la mejilla suave  y me sonrojé de nuevo. -Pero no quiero distraerte con tus deberes de semidiosa... -Entonces se separó un poco de mi y se dio la vuelta para irse de la habitación, mis dudas habían acabado y por fin me decidí a hablar.

-Tu a mi no me distraes. -Dije por fin, nerviosa, pero por fin. En el instante se dio la vuelta, sabía lo que sentía, lo quería como mi mejor amigo, y mucho más. Entonces decidida por fin dije lo que tanto tiempo le quería decir desde que le conocí. -Te quiero Ivan, -Ahí ya me puse mas nerviosa y empecé a tartamudear. -no me hagas olvidar lo que ha ocurrido, por favor. -De mis ojos salieron unas lagrimas que acariciaban mis mejillas y al verme con ese rostros se acercó a mi de nuevo. Mi corazón iba a una velocidad incalculable cuando veía como me volvía a coger la nuca suavemente, pero con una forma un tanto sexy, y yo no me quedé atras, le agarre con una mano de su nuca y con la otra de su pelo perfecto moreno que me encantaba tanto. Poco a poco nuestros labios se iban juntando hasta llegar el momento que su respiración estaba en mi boca y me besó . Nuestros labios se fusionaron en una beso con tanta pasión que no veíamos el momento de parar. Y podía notar como nuestros corazones latía de una forma incontrolable. Este me agarró de la cintura con la otra mano con un gran dominio para que no me apartara de el y que ese beso nunca tuviera final, cosa que yo tampoco quería que acabase. Pero en pocos segundos nos separamos y me miró a los ojos y seguidamente me sonrió.

-No sabes lo que llevo esperando este momento. -Me hizo sacar una sonrisa de oreja a oreja y me volvió a coger bien de la cintura pero un tanto mas salvaje que tanto me gustaba y me volvió a besar descontrolada mente pero esta vez en el cuello y progresivamente en los labios. Era algo tan indescriptible que me volvía loca. Pero paré, por la razón que ya teníamos que bajar. Pero antes este me miro a los ojos. -Te quiero Melody. -

martes, 11 de diciembre de 2012

27. Las cosas se ponían un tanto calientes.

Otro día había empezado y de mis preocupaciones ya me había olvidado. Pero la noche no es que hubiese sido muy agradable, tenía en mi mente aquellos ojos de serpiente que me perseguían allá a donde fuese. Bueno, nuevamente no me molesté en vestirme, hoy no había entrenamiento, hoy era el día de hacer la vaga y ni en broma me iba a quitar el pijama. Llevaba un pijama de verano, era de tirantes con la silueta del sujetador y lo demás suelto que no llegaba ni a la rodilla. Apenas se pasaba un palmo y medio después de la cintura. Era de color negro y lo debajo de la silueta (lo suelto) era de dos capas un poco transparentes. Bueno, me dirigí hacía la cocina y como todos los demás menos Ivan, estaban fuera y llegarían a las once, decidí hacer el desayuno. Me puse un delantal ajustado corto, vamos el único que había para variar, y empecé a hacer unos batidos de fruta, pero con toque de verano, es decir, con espuma. Para combinar hice unas crepês con chocolate que me salieron de muerte. Puse la mesa y ya solo me quedaba esperar, me quité el delantal y fue cuando oí a alguien bajando por las escaleras.

-Buenos días Mell. -Dijo Ivan.

-Buenos días. -Por lo que parecía aun no me había visto bien, ni yo a el. Ya que yo estaba lavando el potingue que había preparado; entonces fue cuando giré, y nuestras miradas se cruzaron. No podíamos apartar la vista, pero entonces fue cuando se acercó y miró la mesa. 

-¿Has preparado el desayuno? -Preguntó contento y sorprendido. Yo asentí con poco tímida  aun que el era mi mejor amigo aun era un tanto tímida. -Es un bonito gesto por tu parte. -Veía que a cada segundo el se iba acercando mas a mi, y mi corazón palpitaba con fuerza. Tenía toda su vista puesta en mi, pero en escasos segundos reaccioné y pude contemplar que el iba solo con pantalones cortos "solo", y entonces fue cuando mas nerviosa me puse, sus hermosos ojos azules como el precioso cielo pendían deseo, entonces mi mente reaccionó pensando "¿Que estoy haciendo? El es mi mejor amigo, ¿por que me atrae tanto?" esos pensamientos se iban desvaneciendo cada vez que se acercaba mas. Entonces fue cuando estábamos cara a cara y me dio un abrazo fuerte, me abrazó con tanta fuerza que ni yo tampoco controlaba la mía  Entonces fue cuando se suavizo la cosa, pero Ivan se me acercó al oído.

-No puedo contenerme más... -Solo con pronunciar esas palabras me levantó haciendo que me sentase en la barra de bar de la cocina y me empezase a besarme por todo el cuello, el cual era mi punto devil. Apunto de besarme me volvió a coger y me sentó en el sofá del salón por que me voy indecisa. -Mell, ¿Es que no lo ves? -Estaba impactada, no sabía que decir. -Mell, yo te quiero; desde que nos conocimos. -Estaba de piedra, no sabía como reaccionar, mi mejor amigo me quería como algo más y lo que más rabia me da es que yo no sabía exactamente lo que sentía por el.

-Ivan yo...-

-No. -Me interrumpió, este se arrodillo y me tomó de las manos. -Solo quiero oír una respuesta a esta pregunta mi querida doncella. -El corazón estaba que se iba a salir del pecho, no quería oír la pregunta, pero a la vez si. No sabía lo que estaba pasando. -Mell... ¿Tu..?-

-No digas nada. ¿Que te pasa Ivan? ¿Por que estas así tan de repente?- Pregunté deseando la respuesta.

-Me gustas desde siempre, pero he tenido que contener ese sentimiento para no perjudicar a tus entrenamientos, he tenido que convencerme a mi mismo para verte y pensar que eres mi mejor amiga, pero eres mas que eso...-

-Pero eres mi mejor amigo Ivan, y ahora todo se esta mezclando... -Bajé la cabeza y este me tomó de la barbilla y me miró a los ojos.

-Melody, ¿Sientes lo mismo por mi? -No tenia palabras para dar, y este me miraba con mas deseo. Pero en solo cuestión de segundos decidí mi respuesta.

-Ivan yo... - Este me cogió de la nuca en el intento de besarme, solo faltaron unas décimas de segundo para una unión  de labios perfecta y deseable, pero de la nada entra en por la terraza algo gigantesco. Se movía a una rapidez increíble  he Ivan se puso en guardia  y corrimos hacia la cocina. Veía como buscaba algo de los cajones mientras mantenía la puerta cerrada. -¿Ivan, que es eso? -Rápidamente se giró con un cuchillo de plata y una botella amarillenta en sus manos.

-¡Es un licántropo, abre la puerta, yo saldré por la ventana tu escóndete detrás de la puerta! -Obedecí la orden y entró a la cocina, y cuando Ivan salio por la ventana, este le siguió.

-¡Ivan! -Corrí también para allá y pude ver como lanzaba el liquido de la botella amarillenta al licántropo y le iba quemando la piel del lobo que este calló al suelo llorando. Corrí hacia el y el lobo me miró, con una mirada humana y unos ojos de pena. En cuestión de segundos Ivan clavaría el cuchillo de plata en el. Volví a correr más rápido aun que antes, mas que el viento y lo abracé. -¡NO! -Grité desesperada para que no lo matase. Lo abrazaba con tanta fuerza que no quería que me separasen del lobo.

-¡¿Que demonios estas haciendo Melody?! ¡Nos ha atacado! -El licántropo lloraba del dolor que le hizo el liquido, tenía la piel quemada y mire sus ojos amarillos dorados y mis lagrimas no pudieron contenerse de los llantos del lobo. -Melody apártate, no lo repetiré otra vez.- Me negaba apartarme, tenía una conexion especial con el lobo. -Ya esta bien. -Me cogió del brazó y me apartó de el con fuerza.

-¡Ivan no! -El licántropo al verme ser lanzada por Ivan se puso en pie y fue a atacar a Ivan, pero este lo esquivó y callo otra vez rendido al suelo. Entonces fue cuando Ivan le quedó solo cuestión de segundo para matarlo pero yo llegue antes en medio de ellos dos. -No lo hagas. ¡Es Stefan! -Solo oír eso bajo el cuchillo mirando al licántropo con asombro, me giré y pude ver como el licántropo iba transformándose en una figura humana. De cabello rubio corto, una piel un tanto morena y unos ojos verdes esmeralda. Este levantó la cabeza y me miró con dolor.

-Melody... -Y callo de nuevo en el suelo.

-¡Stefan! -

martes, 20 de noviembre de 2012

26. Ojos de serpiente.

Ya llevábamos como casi tres meses de entrenamiento, con cada entrenamiento me sentía mas fuerte, sentía que nadie podía conmigo. Pero creo que eso no es del todo cierto. Aun no había encontrado mi don, eso ya les preocupaba a Lunnaris y a los demás, todo semidiós tiene un don, pero el mio no salía. Probaba con todo tipo de técnicas de relajación para que saliese pero era algo imposible.

-Ya esta bien. -Paré de intentar buscar mi don. -Por hoy esta bien. -Terminó de decir Lunnaris.

-Pero si no hemos avanzado nada ¿Como va a estar bien? -Dije preocupada.

-Lo estas haciendo a la perfección, pero tenemos que buscar otra técnica, ya van quedando menos, así que tu don en poco tiempo saldrá.

Tanto entrenamiento y tanta paciencia me estaba agobiando  Todos podían hacer cosas increibles menos yo, bueno, en cuanto al don claro. Decidí dirigirme para los vestuarios y ducharme, esta vez Ivan y Jeremy me habían metido mucha intensidad al entrenamiento con la espada y cuerpo a cuerpo. La ducha era bastante confortable, pero prefería la de la casa, nada mas terminar de ducharme me cambié de ropa ya que hoy iba a estar por Barcelona dando vueltas, por el cual no me iba a complicar mucho, pero estoy en Barcelona, tengo que vestir decente. En mi mochila había una falda por encima de las rodillas suelta negra; bueno la verdad que es que era una falda cortica y encima suelta, pero menos mal que pensé en ponerme debajo un pantalón cortico como unas mayas debajo para que no se viese nada, eran negras así que camuflaba bastante bien. De parte de arriba opté por una camisa de tirantes blanca y sencilla. De calzado unos botines negros con tacón y por si pasaba frío, pues ya era las ocho y estábamos en mayo, me puse una chaqueta roja de cuero.

Nada mas salir del gimnasio deje la mochila con la ropa sucia en el coche y solo me llevé el móvil con algo de dinero que utilizaría para coger el bus para ir a la casa por la noche a la hora que me recogiese. Me dirigí al centro donde estaba el Parque Güel de Gaudí. Era de estilo medieval, y eso me encantaba, era como una especie de laberinto donde me adentré. Era un tanto fácil perderse y solo girar un par de esquinas me encontré ha Ivan un poco perdido. Yo reí entre dientes, los dos eramos un par de tontos.

-Ya nos vale a los dos perdernos. - Dijo. Nos reímos mucho la verdad, parecíamos tontos.

Tras un buen rato recorriendo el parque, conseguimos salir milagrosamente. nosotros riéndonos como unos niños pequeños nos fuimos a una cafetería típica de ahí cerca. Ivan se pidió un café descafeinado con unos churros. yo básicamente pedí un batido frió de chocolate con nada bien rico. Mientras terminaba de tomarme tranquilamente le batido pude observar que un chico me miraba fijamente, me sentía muy incomoda, su mirada fría fijada en mi con unos ojos de serpiente que me ponía la carne de gallina. No aguantaba esa incomodidad, con solo ver que Ivan ya había acabado me levanté disimulando lo nerviosa que me ponía esa persona.

-Ivan vamos, ya se esta haciendo tarde. -Este no me contesto ni rechistó, obedeció enseguida. Se levantó y le dimos la espalda al chico de los ojos de serpiente que aun me miraba fijamente con curiosidad. Pero a los pocos segundo que haber andado, Ivan se paró.

-Ostras, Mell ahora vengo que se me ha olvidado pagar. -Este salio rápidamente y me quede sola esperándolo. Pero no me quede muy sola por lo que percibía.

-Eres muy bella ¿Lo sabías preciosa? -Un aliento frió recorría mi cuerpo y al instante me di la vuelta. Solo ver esos ojos de serpiente ya me asustaba más. -Tranquila preciosa, no te voy hacer nada mal, solo si te vienes conmigo te daré placer. -No podía hablar, estaba en lapsus. Me alejaba lentamente de el, pero el lo percibía rápidamente. -No te alejes de mi preciosa. -Ni caso le hacía, salí corriendo rápidamente para ir a adentrarme a un bosque para perderle pero era imposible, el ya estaba ahí. Me detuve del susto y me di la vuelta, pero era tarde, este ya me agarraba del brazo con fuerza.

-Suéltame. -Grité, pero este reía entre dientes.

-Tu te vienes conmigo. -No podía utilizar lo que aprendí de los entrenamientos por miedo de que sea un humano me descubriese. Pero en pocos segundos pude apreciar que entre las oscuridades y las sombras de los matorrales gigantes del filo del bosque, pude ver unos ojos gigantes con mirada asesina. El de los ojos de serpiente se asustó y me soltó sin querer, solo con ese acto me alejé de el y de ahí apareció una sombra que fue hacia el de un animal gigante y el salió corriendo a una velocidad incalculable.

No entendí lo que había pasado, pero al ir hacía la cafetería vi que Ivan estaba saliendo, no le pensaba contar nada de lo que había pasado. Debía valerme por mi misma, y para la próxima estaré mas preparada. En solo cuestión de segundos que este saliese nos dirigimos a su coche y nos fuimos directamente a la casa, a cenar y a descansar ya que mañana nos esperaría un día bastante movido.


jueves, 25 de octubre de 2012

25. Entrenamiento.

-Bien empecemos Melody -Solo decir esas palabras ya empezaron a salir de la nada sacos de boxeo, trampolines, cuerdas, espadas, arcos, y hasta una sala especial de poderes. Y eso solo con un chasquido de los dedos de Jeremy, esto era increíble, con solo un poco ya podía hacer grandes cosas, bueno dejemos de ñoñerias. Empezamos por calentamientos, que no era como en los del colegio, estos era luchar cuerpo a cuerpo contra uno de los semidioses. Me tocó contra Daniela, ella era cinturón negro de taekwondo, así que, ya veía la muerte ante mis ojos; pero ella no me lo iba  a poner difícil por que acababa de empezar. Mas tarde entrenaría con Anais el esquivar, básicamente  rapidez; al ser ella jugadora casi profesional de voley, me iba tirando balones y yo cogerlos sin echarme para atrás o esquivarlos. Prosiguiendo con el entrenamiento, tocaba el turno de los vampiros y de Lunnaris, la velocidad y la inteligencia; sería tener muchísima resistencia corriendo y tener una velocidad poco menor que la de los vampiros, y para la parte de Lunnaris, sería canalizar mi "poder" para buscar cual es mi don exactamente, eso ya era como una tipo de clase, tenía que relajarme cruzar las piernas y estar así todo el rato con ella hasta llegar a ver cual era, tenía que estar muy relajada y no pensar nada, solo llevar todo mi ser a la pregunta para obtener la respuesta  Lunnaris me dijo que tardaríamos un poco, o tal vez no.

Y por ultimo con Ivan, el ejercicio con la espada. Según el, había nacido para luchar con armas en honor de la justicia como mi madre, y el aprovechar el don que tuviese, aunque aun lo tengo que descubrir, para beneficiarme en la lucha. Se me acercó, y me susurró al oído.

-Aprende. -Seguidamente, le hizo una seña a Jeremy he hizo aparecer como muñecos de practica luchar, eran como las armaduras de antiguos guerreros con sus espadas, todo su "cuerpo" estaba cubierto por la armadura, incluso su cabeza. Este me hizo una buena demostración de como acabar con estos en menos de tres minutos. Estaba de piedra, la agilidad que tenía con la espada era increíble, pensaba  que nunca llegaría a su nivel. En solo cuestión de segundos mis sensores se activaron y solo reaccioné con un salto para coger una espada lanzada y seguidamente así acabar dando una vuelta completa y acabando así totalmente de pie y recta. No era consciente de lo que había pasado, nunca en mi vida había saltado tanto ni había echo acrobacias.

-¿Como..? -Me pregunté.

-Solo ser tu, ya te otorga unas pocas habilidades, ahora habrá que pulirlas y sacar lo que llevas dentro. Melody, eres mucho mas poderosa de lo que te crees. -Dijo Ivan muy convencido.

De ahí empezamos con una series de armas para practicar: La espada, el arco, cuchillos, la catana, el bumerán... Pero sobre todo la espada.

Terminamos de entrenar y estaba agotada, no podía ni conmigo misma. Me preparé un chocolate caliente y me cogí una manta y me tire al sofá a ver una película con todos menos con los vampiros y Jeremy. Era de miedo, no me gustaban nada esas pelis, pero Daniela y las chicas insistieron en verla. Poco antes de empezar la película se nos acopló Kenai, veía que la presencia de este a Lunnaris no le molestaba mucho, y reí entre dientes.

Terminó la película  y no fue tal mal como yo pensaba. Pude observar que Lunnaris hizo de asustarse aposta para acercarse a Kenai y le funcionó muy bien. Yo estuve bien en la película  nada mas que cuando me asustaba me encogía del miedo, y al instante notaba una mano buscando la mía para que se me pasase el miedo, era la de Ivan.

Bueno, solo terminar la película me fui a mi habitación y me dediqué a dormir y descansar, por que el solo pensar que esta rutina de entrenamiento sería todos los días ya me agotaba demasiado.

lunes, 22 de octubre de 2012

24. Ratos con todos.

No me esperaba esta cara conocida... Ni por asomo. Bueno, deje de pensar y cuando rodeé el brazo de Ivan entramos al restaurante. Nos sentamos en una de las mejores mesas del lugar, ya me lo esperaba, viniendo con cinco semidioses y dos vampiros creo que hasta me esperaba que su casa fuese una mansión. Nada mas pedir la comida ya empezó nuestra charla. Estábamos exactamente como en un lugar privado, sospechaba que estos les había reservado la mesa para poder hablar tranquilos y que los demás clientes no se entrometiesen. 

-Bueno Melody, ya veo que mas o menos ya se ha enterado de todo ¿No es así? -Me pregunto el señor Sky. Yo tarde un poco en responder, por que tenía una pregunta concreta.

-Si mas o menos ya me he enterado de todo lo que podía enterarme sobre mi. Pero ahora quiero saber otra cosa ¿Que pinta usted aquí Jeremy? ¿Que eres tu? Por que tu no puedes ser el padre de Ivan ni de lejos. -Fui muy directa, Ivan en el instante me cogió de la mano para tranquilizarme pero eso no sirvió de nada, necesitaba saber mas respuestas, necesito saber mas cosas que estén relacionadas con el mundo que vengo y de mi. Podía observar que Jeremy no iba a tardar a responder, y eso me tranquilizó por unos momentos.

-Eres muy directa. -

-Me lo dicen muy a menudo. -Interrumpí.

-Tranquila Mell... -Me susurró Ivan, pero Jeremy respondió enseguida.

-No importa Ivan, tranquilo, es normal después de todo lo que ha pasado el querer enterarse de todo en cuanto puedas. Te responderé con mucho gusto querida Melody, yo no soy el padre de Ivan evidentemente. Soy su padrino. -Me había quedado impactada, su padrino... 

-¿Y que eres exactamente para que sepas nuestras identidades? -Pregunté aun mas curiosa, este se rió entre dientes y me miró.

-Pues yo era un humano, hasta nació Ivan, y como su padre Zeus, me dio como un don, ser como un mago, y controlo por parte el cielo y algunos truquitos de magia. Por eso mi apellido es Sky. ¿Te parece una buena explicación señorita Blue? -

-Si. -Dije sin mas, no me apetecía seguir hablando.

A partir de ahí no hablé tanto, ya mas o menos sabía todo lo que tenía que saber. Más o menos tenía las ideas claras, tenía en la mesa redonda a cinco semidioses poderosos, a dos vampiros aliados, a un mago con poderes que le otorgo Zeus, y a Lunnaris que es un ser especial que aun no se sabía lo que era exactamente, solo sabía que era buena amiga de los vampiros. Proseguimos comiendo y hablando donde sería los entrenamientos y tal. La verdad es que de poco me enteré ya que de Barcelona me sabía lo justo, decían de un tal pabellón que se llamaba "Ponte en forma en ingles" y nada mas comer nos salimos todos juntos a dar una vuelta y mas tarde iríamos a entrenar. Estuve con Lunnaris, las dos semidiosas y Julie dando vueltas por los mercadillos de Barcelona, era un rato de chicas que fue muy divertido, entre que Daniela y Anais estaban como unas cabras y no paraban de decir tonterías, en el rato juntas, no paramos de reírnos.

Llegamos al pabellón riéndonos como unas descosidas, al vernos los chicos así se quedaron un poco pillados por que no entendían la razón del por que nos reíamos tanto. Decidimos parar de una vez por todas y nos dirigimos a la puerta. Nos abrieron las puertas Ivan y Jeremy, era la entrada, y antes de ir para la sala de entrenamiento nos dirigimos a los vestuarios; hombre, no creo que lo mas apropiado para entrenar sea con una falda suelta con tacones y camisa, digo yo vamos. Entramos en los vestuarios y ya nos encontrábamos con nuestras mochilas con la ropa de entrenamiento. En mi mochila había unas mayas negras, unas deportivas addidas negras, y para parte de arriba una camiseta de tirantes blanca ajustada. Decidí hacerme una cola alta para entrenar y salí decidida a la sala de entrenamiento para demostrar lo fuerte que era ser la hija de Atenea.


martes, 16 de octubre de 2012

23. Una comida con caras conocidas.

-Un vampiro... Por eso en la oscuridad se veía con claridad los colmillos... -Tartamudeaba.

-Defecto de los vampiros cuando hay un poquito de luz cuando estamos apunto de atacar, de haber sabido que no le estabas haciendo nada no habría atacado, lo lamente Melody. -Julie se expreso claramente, con un vocabulario perfecto, y una sinceridad inmensa, parecía una buena chica, asi que no la iba a guardar rencor por este incidente.

-No pasa nada Julie, ha sido un mal entendido. Y Lunnaris, ¿De que conoces a Julie? -Esta no dudo en contestar.

-Ella es la hermana mejiza de Kenai, y bueno, nos conocemos desde que Kenai me recogio con Ivan como tu ya sabes Mell; por cierto -Dijo mirando a Julie contenta de verla. - ya no se nada de ti, apenas te veo ¿Donde estas metida? -

-Pues chica, he estado espiando a los Licántropos, para ver donde esta su escondijo, pero no los he encontrado. Pero he oído que ha habido un ataque ayer si no me equivoco ¿Verdad? -Pregunto curiosa, y ansiosa por saber una respuesta.

En ese momento me acorde del ataque de ayer, cuando huía con la moto de Stefan. En medio del bosque, cuando ya no podía huir de el, en los alrededores de los arboles un montón de lobos gigantes nos rodeaban. Justo a tiempo Ivan para salvarme, pero Stefan no pudo, y los Licántropos... No, no podía pensarlo. En ese momento unas lágrimas caían por mis mejillas solo pensar lo peor que le podía haber pasado. Julie ya veía mi respuesta en mi rostro y no preguntó mas. Pero en cero coma reaccioné.

-Lunnaris, nos tenemos que ir, nos espera Ivan. -Dije acelerada, ya que el por teléfono parecía preocupado; esta asintió y nos metimos en el coche y Julie se fue a su casa.

En diez minutos llegamos a la casa, y menos mal que Lunnaris no se había dormido, por que si no tendría que pedir ayuda a Ivan. Bueno, salimos del coche y con mucho silencio nos adentramos a la casa y cada una a sus respectivas habitaciones para ya descansar de este día tan agotador.

A la mañana siguiente me desperté de buen humor, pensando el que podría hacer en el día de hoy. Solo abrir los ojos, me levanté y me dirigí directamente a la ventana a ver las montañas; era hermoso ese paisaje. Me dirigí al armario y me propuse a vestirme bien, ¿La razón? Por que al dirigirme al armario había una nota que parecía que la había puesto Ivan.

"Buenos días Doncella, hoy arréglate un poco, tenemos que ir a Barcelona a pasar el día y comer con unas personas que nos ayudaran a prepararte, aparte de los cuatro semidioses claro. Luego, llévate ropa deportiva, por que por la tarde entrenaremos. Besos"

Claro que era de Ivan, solo el me llamaba Doncella. Dejé la nota en la mesita de noche y empecé a comerme la cabeza de en que ponerme. La verdad es que no tardé tanto, ya que me decidí por lo nuevo de ayer.

Mientras que me estaba duchando, Ivan y los semidioses nos esperaban a Lunnaris y a mi. Parecía de película por que Lunnaris y yo salimos a la ver de la ducha ya vestidas y peinadas. Ella vestía de un vestido ajustado de una manga larga, el color es de todo verde hoja con unos tonos combinados marrón y blanco que hacía a juego con sus ojos pardos; y sus tacones altos de aguja de como mínimo siete centímetros. Y por ultimo su peinado, por su gran pelo que tenía hasta la cintura veía que aprovechó y se hizo una trenza de espiga que sobrepasaba su pecho. Bueno, ella bajó las escaleras junto a mi. A medida que iba bajando Ivan me miraba fijamente, vestía con una falda de suelta que por delante es mas corta que por detrás, por detrás me sobrepasaba las rodillas, en cambio por el frente, era por la mitad del muslo; bueno era negra la falda, y de parte de arriba era una camiseta ajustada azul marino, llevaba mi pelo liso con alguna horquilla para despejar mi cara, y unos tacones azules marinos no voy de aguja.

Terminé de bajar las escaleras he Ivan se dirigió ha mi, este me cogió de la mano y me la besó con delicadeza, seguidamente este me miró y me sonrió.

-Estas hermosa. -Dijo. Se me saltaron los colores ya que no lo podía evitar.

Llegamos al centro de Barcelona, y nos dirigimos a un pequeño restaurante donde nos esperaba una cara conocida. Era Julie, no sabía que pintaba ahí, pero no iba sola, iba con Kenai. Como pude fijarme, a Lunnaris de la nada le salio una sonrisa con solo mirar a Kenai, y ya veía por donde iba los tiros. Pero había otra sombra mas detrás de la de Kenai, esa sombra la conocía yo. Claro que lo conocía  El señor Sky, el padre de Ivan y Lunnaris.

-Hola Melody, me alegro de volver a verte. -Dijo mientras me daba la mano.

-Igualmente señor Sky. -

viernes, 12 de octubre de 2012

22. De vuelta a la casa.

Parecían muy felices de volver a verse, me alegré de haberle echo a Lunnaris esa pequeña sorpresa, cada me acercaba mas a ellas. Cuando conseguí llegar a ellas con delicadeza me miró Nani con detenimiento, no sabia que estaría pensado de mi al verme, pero en nada supe la respuesta.

-¿Esta chica es tu amiga hijita? -Me alegro que me veia con buenas intenciones, y Lunnaris asintio con la cabeza muy contenta.


-Encantada Nani, yo soy Melody. -Y sonreí al ver a Lunnaris tan feliz.


-Pero no os quedéis aquí, vamos, entremos a mi casa, puedo preparar un chocolate caliente que seguro que os gustará. Es el que te preparaba a ti de pequeña hijita. -Lunnaris cada vez mas feliz solo pasando esos segundo con su querida Nani, pero tuve que intervenir.


-Lo sentimos Nani, pero tenemos que irnos en un par de minutos. Hemos venido para estar poco tiempo, es una lastima no podernos quedar mucho mas tiempo, si eso otro día volvemos a venir. -Pude presenciar la cara de tristeza en su rostro y la de Lunnaris, pero reaccionó bien y abrazó a Nani.


-Tranquila, volveré. En un par de días o mañana ¿Te parece? -Ella asintió con ganas y se separo de ella y se dirigió a mi para decirme una cosa al parecer.

-Cuida de ella por favor. -Me dijo claramente y asentí segura de mi respuesta. Nani se quedo en el porche de la casa mientras nosotras nos subíamos al coche para dirigirnos a la casa, ya veía a Lunnaris con otra aura, mas segura de si misma, mas contenta, pero a la vez un tanto triste por volver a despedirse de Nani.

 Lo veía un tanto normal, solo el poder estar cinco minutos con la persona que tanto querías, que te ha cuidado de pequeña y luego te la rebata... Creo que se como es esa sensación y sabe perfectamente que podía contar conmigo para lo que fuese.

-Mell. -De repente la miro y me mira seriamente, pero a la vez con agradecimiento. -Gracias por lo que has echo por mi, nadie había echo algo tan bonito por mi. -Esta sonrío y una pequeña lágrima acariciaba su mejilla. Verla tan feliz también me hacía feliz y le sonreí.

-No se merecen Lunnaris, se cual es esa sensación, de perder a alguien que quieres y no verla nunca; también sabia las ganas que tenías por volver a ver a Nani y no quería verte sufrir, es más, no puedo verte sufrir. -Ella me sonrió y a partir de eso cogimos mas confianza, pero estaba ella cansada y decidió dormir un poco, mientras que yo conducía para volver a casa. El trayecto fue un tanto mas largo que antes, la razón, por que me había perdido. Estaba un poco preocupada pero vamos, en cero coma volví a la carretera que tenía que ir. Podía calcular que nos quedaba para llegar como máximo quince minutos. Al calcular eso me vibró el móvil, lo saqué rápidamente para no despertar a Lunnaris y ví quien era la persona que me estaba llamando. Era Ivan y no dudé en cogerlo.

-Dime Ivan. -

-Mell, ¿Donde estáis tu y Lunnaris a estas horas? ¿Sabes la hora que es? Anai y Daniela llegaron hace mucho tiempo y están es sus habitaciones. -Parecía preocupado, y no dude en contestarle para tranquilizarle un poco.

-Tranquilo Ivan, he llevado a Lunnaris a un sitio para enseñarle una cosa, no es nada, no queríamos que se alargaría tanto... - En cero como algo paró el coche de repente, y no sabía el que o quien lo había echo. -Tengo que colgar Ivan, que Lunnaris se despierta, llegare en veinticinco minutos y tengo llaves. Hasta ahora. -No le di tiempo a contestar, y le sumé aproximadamente diez minutos de vuelta a casa para ver que me había parado el coche.

Salí con algo de miedo pero decidida para ver que es lo que había pasado. Me di cuenta que no había casi nada de luz, nada mas que la del coche y la de la luna del cuarto creciente. Podía oír los pasos de la cosa o persona que había parado el coche pero no podía encontrar su rostro. De la nada pude ver como brillaban en pocos centímetros de mi unos colmillos pequeños pero bien afilados que se acercaban a mi con una rapidez como la luz. Nos cogimos mutuamente de los hombros eso empujándome para el coche y yo a la inversa. Con la poca luz del coche pude ver que era un chica la que me estaba atacando. Conseguí empujarla y lanzarla lejos de mi pero se puso de pie.

-¿Que es lo que pretendes hacer con Lunnaris? Libérala inmediatamente. -Dijo furiosa. Estaba confusa, se creía que yo estaba raptando a Lunnaris, eso si que es una paranoia.

-Te equivocas. Yo no... -Tarde para darle explicaciones. Ya la veía venir hacia mi con furia, pero a pocos segundos de poder destriparme o algo delante de mis narices aparecía Lunnaris.

-Julie deja a Melody, ella es la hija de Atenea. - Gritó con furia para defenderme. Solo pronunciar esas palabras, la chica se tranquilizó y aguardo de fuerza. Con la poca luz que había, podía ver con exactitud como era la muchacha. Tenía el pelo corto que no terminaba el cuello, un laceo perfecto que combinaba muy bien con ese color negro como el carbón. Su piel era totalmente pálida  no tanto como la de la nieve, pero no se quedaba lejos; luego su cuerpo era igual que el de Lunnaris, perfecto, nada mas que esta tenía un poco mas de pecho que esta; y sus ojos... Sus ojos acababan de pasar de un naranja amarillento a un marrón miel precioso. Solo se me venía a la cabeza una palabra, pero no me atrevía a decirla. -Mell, te presento a mi amiga Julie, es un vampiro. -Esa palabra que me ponía los pelos de punta, esa palabra que tanto odio tenía, esa cosa, era un vampiro.


sábado, 22 de septiembre de 2012

21. Sorpresa

Como esperaba, el día de compras solo para chicas había sido todo un excito. Lunnaris parecía muchísimo mas contenta que antes, me gustaba ver esa sonrisa tan bonita que ella tenía; y con Daniela y Anais me estaba llevando muy bien, eran muy majas y estaban muy locas, y eso me gustaba. Gracias a que ellas son semidiosas y Lunnaris se criaba con ellas, poseían bastante dinero y podia comprar tanto como quisiera, aun que no era de abusar con el dinero, eso no me gustaba, pero a lo que no podía evitar de comprar no me resistía. Nada mas terminar ya era las siete de la tarde, y decidimos recogernos, pero a la salida veia como Daniela y Anais se iban por su cuenta por que habian quedado con Marc y Lucas; yo veia quimica entre ellos pero no saque conclusiones precipitadas y me dirigí al coche con Lunnaris, pero esta vez conducía yo. Nos metimos en el coche con tranquilidad, esta estaba de muchísimo mejor humor, y hablábamos de tonterías de Ivan y de los demás semidioses, ese camino de me pasó rápido pero en un momento inesperado pare el coche en una cafetería a diez minutos en coche de llegar a la casa. Al frenar el coche veía en mis ojos ella que ya tramaba algo y no dudo en hablar.

-Bien Melody ¿Que estamos haciendo aquí? ¿Por que has parado? -Toda esa felicidad de su cara se fue en un instante, ya me daba miedo su mirada asesina cuando exigía una respuesta. Se me ocurrió una estrategia para ocultar la verdad, a si que decidí ponerle una canción de nana, sabía que era  su favorita, siempre se la ponía antes de dormir y la oía y veía como a los pocos segundos se dormía. Pocos segundos después puse el cD con la canción, ella exigía una respuesta pero veía como funcionaba, poco a poco estaba durmiéndose, era un angelito cuando dormía, y sabia que después de esto me mataría, o no. Me dí cuenta que estaba hablando en sueños, como una dirección de casa, y corri rápidamente en apuntarla he ir para allá  Daba la casualidad que estaba en Barcelona, pero tardaría en llegar como unos cuarenta minutos, no dude mas, y me fui para allá como si la vida dependiese de ello.

Ya habíamos llegado, tarde un poco mas de lo que esperaba, pero había llegado, sana y salva, y Lunnaris no se había despertado aun; me daba cosa despertarla por si me pega o algo, solo de pensarlo me reí entre dientes mire para la casa donde habíamos llegado. Pocos segundos después veía como alguien salia de la casa, era una mujer mayor, aparentaba tener los setenta años, pero no me arriesgue en decidir. Bueno, me decidí en despertarla, poco a poco iba abriendo sus hermosos ojos.

-Mell, ¿Que ha pasado? -Preferí no contestarla y solo me limité a señalar la casa donde me había llevado su sueño. -¿Que hacemos aquí Melody? ¿Donde esta..? -Se quedo fijamente mirando a la señora que había salido de la casa hace apenas unos segundos. -¿Nani..? - Recapacitó. ¡Nani! Claro, estaba soñando con ella, la echaba de menos. Estaba mirando a Nani detenidamente y me miro después de unos segundos. -¿Como sabías..? -

-Tus sueños me los han revelando, se que estabas deseando volver a verla... -Ella salido del coche como una rayo, no me dio tiempo a terminar. Pude presenciar la imagen de la ancianita mirando confusa a Lunnaris, en unos pocos segundos Nani la miro con alegría y con lagrimas cayendo por sus mejillas, seguidamente Lunnaris se acercó un poco mas.

-Nani... -Dijo ya llorando de alegría y cada vez acercándose mas pero poco a poco.

-Mi niña... -Pude oír que lo decía Nani mientras que se levantaba con dificultad de la silla del porche. Pude ver que Lunnaris no aguantaba mas y fue corriendo hacia ella con una alegría enorme; al ver esa imagen de esas dos personas juntas me llego al corazón, podía sentir lo feliz que podía estar Lunnaris en este momento. Decidí salir del coche y acercarme a ellas, aun que sabia que era un momento intimo sabia que no podríamos estar aquí mucho tiempo.

-Estas preciosa hijita. -Podía oír cada vez que me acercaba mas a ellas lo contentas que estaban.

-Feliz cumpleaños Nani. -


domingo, 16 de septiembre de 2012

20. Teorías y un despeje.

Pasé de eso he Ivan sugirió de ir al salón a hablar, y con la sugerencia todos los que estábamos en la entrada nos dirigimos al salón. Yo me fui a la cocina a ofrecer chocolate caliente y alguna galleta, estos me agradecieron el gesto y cogieron cada uno su taza con una par de galletas. Hubo unos momentos de silencio hasta que Daniela quiso romper el silencio, dio un par de palmadas y todos les prestamos ateción.

-Bueno chicos, mejor dicho Melody, hemos venido aquí para  prepararte. La razón, para que puedas volver a  ver a tu madre y sepas cual es tu pasado y ayudarla a hacerle volver a recuperar la memoria, pero si no demuestras que eres hija de Atenea no podrías ir a sus aposentos en el Olimpo. -Terminó de hablar por que enseguida tuve que preguntar.

-¿Como sabrían que soy la hija de Atenea? Creo que con el DNI no vale. -Este comentario soltó alguna risita a los demás semidioses y al parecer cogió el turno de palabra Anais.

-No exactamente, veras, sabrás que cada Dios tiene algún don ¿no? -Asentí atendiendo a sus palabras. -Pues veras, cada uno de nosotros tenemos un don que nos identifica como hijo o hija de tal Dios, ademas que es por una marca que tendrás en alguna parte del cuerpo al terminar de identificar de que Dios eres hija. Yo al ser la hija de Afrodita tengo como el don de convertir a alguien la persona mas hermosa del mundo, o poder controlar a las personas por mis "encantos". -Se explico bien, tenia que encontrar mi don, pero seguramente me lo diría para ver mi punto fuerte.

-Yo por el cambio al ser la hija de Driadas controlo la naturaleza, básicamente la tierra y la flora. -Dijo Daniela.

-Yo al ser hijo de Poseidon controlo las aguas, y puedo hacer de curarme las heridas con solo tocar el agua, y eso en los combates cerca del agua viene muy bien, aparte también puedo curar a personas ajenas. -Explicó Lucas.

-Yo, como hijo de el gran Hades puedo hacer que vengan durante unos segundos los espíritus muertos y ademas en alguna ocasión especial de resucitar, aparte de poder utilizar mi poder de lanzar una bola negra que derroto a mi enemigo al instante. -Dijo riéndose, y básicamente un poco presumiendo, pero no le daba tanta importancia.

-Y tu Melody -Continuo Ivan. - al ser hija de Atenea, en lo que es el combate a tu enemigo le es difícil derrotarte, ademas que tendrías un gran manejo con la espada y muchas mas cosas que tendrás que descubrir. Ademas, una vez que te hayas completado como una semidiosa verdadera te saldrá como una marca rara, por ejemplo yo tengo la de un rayo, y los demás de lo que le corresponde, si te digo la verdad, no se que te podría salir a ti. -Este me volvió a sonreír al terminar de hablar y yo me alegre.

Terminando aquella rara reunión, los cuatro semidioses se fueron a los sofás a dormir un poco; habían echo un viaje bastante largo para venir para acá. Yo decidí ir para mi habitación y descansar de aquella mañana, pero dentro de nada sería la hora de comer, a si que, me daba tiempo de descanso como unos veinte minutos, pero mejor eso que nada. Apunto de llegar a la habitación de Lunnaris, pude oír que estaba con Kenai hablando, me limité a escuchar un poco la conversación por que oí algo de mi.

-Es bastante tímida Melody, pero vamos, normal que este así por tu visita Kenai. Recuerda que se ha criado con un padre que es Licántropo, no es fácil todo esto para ella, pero para eso estamos nosotros. -

-Entiendo, antes de que se me olvide, nani esta bien. -Nani, la mujer que cuido de Lunnaris cuando era una niña, la de su historia.

-¿Qué se sabe de ella Kenai? -Preguntó Lunnaris ansiosa por saber algo de ella.

-Nada nuevo, ya tiene los setenta y un años, hoy es su cumple, y como siempre, mira vuestra foto de cuando tenias cinco años y se le salta algunas lagrimas. Lunnaris, te hecha mucho de menos. -Solo decirle eso Lunnaris cambio la cara totalmente y bajo la cabeza, me dolía bastante al ver a Lunnaris así. No soportaba esta situación, pero apunto de irme siguen hablando. -Me tengo que ir, siento no serte de mucha ayuda. -

-Tranquilo, lo eres. Ya nos veremos Kenai otro día, pero antes avisa por móvil. -Este asintió y le dio un beso en la mejilla y saltó por la ventana y de hay desapareció. Podía haber pasado de largo de toda esa información, pero no hice eso, entre al dormitorio de Lunnaris con decisión.

-Lunnaris, -Me senté en la silla con un poco de timidez. -Te he oído hablar con Kenai, no era mi intención, pero te veía tan mal que no lo pude evitar. -

-No pasa nada. -Dijo ella.

-Si que pasa, y quiero que estés bien, ¿Que te parece si nos vamos de compras nada mas comer? Estaría a salvo por que estoy contigo ¿No? -Por la cara que puso no le pareció mala idea y nada mas comer fuimos como tarde tarde de chicas Lunnaris, Daniela, Anais y yo a por el coche de camino al centro comercial mas cercano de Barcelona.

lunes, 3 de septiembre de 2012

19. Visita

Directamente me fui a la cama y suprimí lo ultimo que me dijo. Al día siguiente me levanté con el hermoso canto de los pájaros, esa mañana estaba de buen humor, me dirigí al armario y me decidí por un conjunto mas normal, unas mayas negras con mis deportivas negras y blancas, y como veía que hoy iba a hacer un tanto de fresco me puse una sudadera blanca con letras y frases de colores negras, azules y grises. Nada mas vestirme decentemente, me dirigí al baño y con una sola pasada con el peine en mi pelo, ya se quedaba un laceo precioso, era ventaja de ser la hija de un Dios; mi cabello laceo me cubría toda la espalda y como lo tenía un castaño tan claro que se acercaba al rubio oscuro, y mi piel era un tanto menonita, hacía que mis ojos azules con un poco de verdoso destacasen una barbaridad. Ya lista bajé a la cocina para desayunar, esa mañana no tenía mucha hambre, a si que me tomé un baso de leche con galletas y ya iba bien, me giré rapidamente al oir el timbre. Me dirigí hacía la puerta para abrir la puerta, pero Ivan se me adelantó, no llegó a abrir por que se me puso delante mia y me miró a los ojos, no sabía el por que, pero cada vez que me miraba, cada vez me sentía mas atraída a el y a su rostro perfecto de un semidiós, el hijo de Zeus. Baje de mi nube y deje que abriese la puerta, este se rió silenciosamente y me sonrió, seguidamente abrió la puerta y en ella entraron cinco personas. Por la perfección de sus cuerpos de cuatro de ellos y la otra persona pálida como la pura nieve deducía que era cuatro semidioses y un vampiro; otra vez, vampiro, escalofrió por todo el cuerpo cuando vi sus hermosos ojos que me llamaron la atención. Por lo que veía, los tenía negro como el carbón pero brillaba como la pura luna, tenía el pelo de un castaño tan oscuro que hasta creía que era negro y muy engominado; este vestía con unos vaqueros oscuros, con una camiseta ajustada gris oscura y llevaba como un abrigo, pero no lo era, de color negro, y para terminar el conjunto, un pañuelo negro que tapaba parte del cuello. Ivan se dio cuenta que observaba al vampiro con detenimiento y decidió intervenir, pero se adelantaron.

-Así que es cierto que la hija de Atenea vive, tantos años de búsqueda por fin han llegado a sus frutos. -Dijo uno de los semidioses, su perfecto pelo castaño oscuro con esos ojos color miel mezclado con fuego que ya me decía que era hijo de Hades, Dios del inframundo, tenía un cuerpo perfecto, el pelo era un poco larguito y liso, no tenía pecas, no tenía granos, los cuatro semidioses eran perfectos. Vestía con un pantalón de chándal negro y una sudadera roja con formas raras negras y blancas. Este se dirigió a mi y me cogió de la barbilla mirando atentamente a todos mis rasgos. -Sin duda es hija de Atenea, son una tanto raros los ojos, pero si que es su hija.-

-Bien Mell, estos son Marc,- Refiriéndose al hijo de Hades que me sonrió. - Daniela, Lucas, Anais y... Kenai. - El vampiro por lo que veía se llama Kenai, ese nombre ya lo había oído... Claro, el de la historia de Lunnaris, bueno, Daniela es bajita como Lunnaris, con el pelo rizado, muy rizado castaño neutro con flequillo liso. Tenía unos ojos grandes, de un color un tanto raro, era un marrón neutro con una mezcla de gris y verde que me hechizaba con la mirada sus ojos. Vestía con unas convers negras al parecer de las nuevas que han sacado, con unos vaqueros cortos claros y una camiseta blanca mas una chaqueta Nike, era verde con el símbolo Nike en negro. Luego esta Lucas, tan alto como Marc, pero este iba un poco mas pijo, y parecía mas educado que Marc, iba con vaqueros largos con una chaqueta vaquera con camisa blanca. Tenía el pelo corto de color rubio, pero un rubio rubio muy rubio, era tan claro que me llamó la atención, con la piel morena pero no mucho, y sus ojos eran grises. Y para terminar, Anais, era tan alta como Lucas y Marc, con la piel morena, y su pelo castaño oscuro ondulado tan bien cuidado que me daba envidia, esta también iba mas o menos como Daniela nada mas que llevaba la chaqueta blanca con lo de Nike azul, y sus ojos eran de un verde tan claro que me encantaba. Bueno ahí están los cuatro semidioses perfectos y el vampiro.


-Encantada. -Dije por fin. Las chicas me sonrieron, y se acercaron al momento.

-Bien, yo soy Daniela, y ella Anais. Y bueno para ponerte al dia, Marc es hijo de Hades, Lucas de Poseidon, Anais de Afrodita y yo de Dríadas. ¿Supongo que sabrás quienes son verdad? -Parecía simpática, y muy habladora y eso me gustaba. Yo asentí ya que me sabía los dioses de memoria. Apunto de decirles de ir al salón de la nada salió Lunnaris bajando de las escaleras. Miraba atentamente a Kenai por lo que veía, este se acercó a ella.

-Tenemos que hablar. -Dijo solamente Kenai a Lunnaris muy bajo pero solo yo les oí perfectamente. Sin dudarlo, vi como Kenai y Lunnaris iban arriba para hablar.

sábado, 1 de septiembre de 2012

18. La historia de Lunnaris

-Pues... Como ya he dicho antes, yo vagaba sola por las calles, pero antes tenía una familia, o eso me dice mis sueños. -Empezó a contar su historia, y lo que me impacto al principio es lo de los sueños. 

-En esos sueños ¿Qué sueñas? ¿Y siempre acierta? -Pregunté con curiosidad.

-Son como visiones del pasado, y también las tengo presentes y futuras; las tengo solo cuando duermo. Bueno, el caso es que esos sueños me veía abrazada a mi madre, y al lado mía mi hermana. Era un bebe normal y corriente, solo me destacaba unos ojos enormes, lo raro es que nunca me acuerdo del color. Luego otra de las visiones o sueños como prefieras decirlo, era que mi hermana y yo estábamos en la cuna y a pocos segundos veía como entraban unas personas desconocidas a la habitación con brusquedad y veía como se dirigían hacia nosotras y nos cogían en brazos y nos llevaban fuera de nuestro hogar. De mis ultimas imágenes que tengo de ese sueño es que veía a mi madre llorar y herida ya dándola por muerta y cuando soltaba la mano de mi hermana, ella hiendo a un lado y yo a otro. -Finalizó su historia, la verdad es que era un tanto triste. Por lo menos ella se podía acordar un poco de su pasado, mientras que yo del mio no, por ese motivo tenía un tanto de envidia, pero para eso estoy aquí, para averiguar cosas de mi pasado, de vivir este presente, y ver que me parará el futuro.

-Es... Triste, saber que tienes una hermana por ahí, y no saber donde esta... Yo no tuve la oportunidad de compartir mi vida con un hermano o hermana de la misma sangre. -

-Por eso me he puesto así de ese humor, tu puedes saber quien es tu madre, y puedes verla, y tu padre puede que hasta que lo encuentres, yo no tengo esa suerte... -Se tumbó en la cama y empezó otra vez a contar. -También otros de mis sueños, es cuando de pequeña iba pasando de adulto en adulto por que no querían cuidar aun teniendo como los seis meses. Así mi transcurso de los años hasta llegar cuando yo tenía los 8 meses a una mujer me acogió en su casa hasta los cinco años. Durante ese transcurso de tiempo, notaba que no era una niña normal y poco a poco me ponía cada vez mas pálida y parecía que empezaba a madurar mis poderes. Empezó siendo la super velocidad, luego el hacer formar con la tierra y el agua, y muchos mas que descubrí hasta llegar hasta aquí. Y el día que cumplí cinco años, vi el amanecer, pensando que hoy sería algo diferente, ande hasta la cocina y esperar a mi nani, así es como llamaba a la mujer que cuidaba. A los pocos minutos veía una ambulancia fuera de casa, no dude en salir, pero al darme cuenta que era mi nani la que estaba en la camilla se me cayó el alma al suelo, me dijeron que no estaba muerta y que tenía una nota para mi. Tome la nota... -Contemplé como le caía una lagrima por su delicada mejilla y se me destrozaba el corazón verla así. Esta se la quitó y continuo. -Ponía que huyera, alguien me buscaba y me quería muerta, que huyera y que me echaría de menos y cuando sea, siempre estaría en la misma casa. Solo leerla me fui corriendo, me fui, no quería hacerle mas daño, pero en la salida del hospital, bajo una tormenta, esa cosa me estaba. No sabría describir lo que era por que no me acuerdo, solo se que me quería a mi, pero en la nada, salió un niño aun mas rápido que yo, que lo separó de mi y me alejó lo suficiente del monstruo como para huir. Este me cogió en brazos y salimos corriendo hasta llegar donde me recogieron Zeus y Ivan. Pero antes de irme con ellos y empezar una nueva vida, pregunte por el nombre de mi héroe, era Kenai, un vampiro. -Me quedé con la palabra vampiro y se me puso la carne de gallina, pero deje mis tonterías y seguí escuchando. -Y desde entonces, uno de los vampiros superiores me esta entrenando y también algún entrenador de los Dioses hasta llegar hasta aquí, buscando la hija perdida de Atenea, a ti, te ví en un sueño, y supe que teníamos que ayudarte, a salir de tu mundo, para entrar en el nuestro. Por eso digo que tu puedes conocer y estar con algún familiar yo no, por eso, intento ayudarte y me preocupo tanto por ti Mell... -La abrace con cariño totalmente arrepentida de todo lo que le dije cuando bajé del coche, esta se separó un poco de mi y me miró. -Mañana tienes visita Mell, vete a dormir.-

viernes, 31 de agosto de 2012

17. Cabreo

Efecto retardado mio, Stefan aun estaba con los Licántropos, reaccioné con brusquedad y me quité el cinturón; Ivan vio mi reacción y aceleró el coche.

-¡Ivan! ¡Stefan esta en peligro! -Dije intentado hacerle volver, pero mis suplicas no funcionaban para nada.

-Mell, ya lo han cogido, no hay forma humana de salvarle...-

-Pero yo no soy humana. -Interrumpí, el se quedó pensativo y sabía que tenía razón, pero  no estaba con la intención de frenar el coche, se le veia muy serio. Frenó de golpe al ver que ya llegamos a la casa, bajó rápidamente y espero a que bajase, pocos segundos después salio de la casa Lunnaris, que al parecer estaba de mal humor por lo que había echo. Bajó como un rayo del porche y me agarró de los brazos super de mala leche.

-¡¿Pero tu de que vas monada?! ¡Casi haces que vengan los licántropos para acá! No sabes el riesgo que acabas de cometer nenica. -No quería escuchar mas palabras de odio y de obligación de esa chica o lo que fuese, así que me la quité del medio y esta vez, fui yo quien subió la voz.

-Tu a mi no me mandas bonica, tu a mi me dejas tranquila, se lo que me hacía y ademas como quieres que aprenda si no cometo errores, deja de decirme lo que tenga que hacer, no eres ni mi madre, ni me hermana ni nada que me importe. -Lo dije de tan mala leche que la ultima parte me dolió hasta a mi, pero veía en sus ojos esa mirada sin dolor y sin... Nada, no veía nada, es como si no tuviese sentimientos, me sentí mal por haberle dicho eso, que me acerqué a ella. -Lo siento, se me ha ido la cabeza, es que todo esto...-

-Déjalo, con lo que has dicho es suficiente. -Rápidamente se dio la vuelta y corrió hacia la casa como un rayo, no me dio tiempo de decirle nada, mi subconsciente decía de ir a hablar con ella, pero Ivan me lo impidió. Me giré y le vi serio.

-Tranquila, ya hablaré con ella. -Yo asentí, pero no me quedé relajada.

En la hora de la cena invadía el silencio, hasta que empezó ha hablar Ivan sobre las estrategias contra los licántropos y el como y cuando hacerme ver con mi madre. Lunnaris estaba atenta pero solo asentía y escuchaba, yo también estaba atenta, me gustaba saber mas cosas sobre esto. A mi siempre me ha gustado mucho la fantasía, las historias, mitología y me sentía como si estuviese es mi mundo perfecto nada mas que con problemas.

Terminada la cena, me fui nada mas después de ducharme a mi habitación a ponerme el pijama, pero una habitación antes de la mía, estaba la de Lunnaris, la veía de bajón, y solo pensar que era por mi culpa me dolía bastante. No me lo pensé ni dos veces, y me decidí a entrar, ni siquiera me miró, pero yo me agache y intenté mirarla a los ojos, me encantaba sus ojos, unos ojos pardos como gatos que el verde de sus ojos invadia el marrón.

-Siéntate si quieres Mell. -Dijo lentamente y suave. Yo hice lo que me dijo y levantó la cabeza. -Siento mi comportamiento, es que no sabes la suerte que tienes, mira, yo nunca conocí a mis padres, ni hermanos ni hermana, es mas, todo cuanto recuerdo es vagar sola por las calles, totalmente sola, nadie me cuidaba, hasta que vi que era por así decir, diferente, y ahí me encontro los padres de Ivan, y me cuidaron como hija suya y... Bueno déjalo, no creo que te interese.-

-Evidentemente me interesa, es mas, me siento fatal por mi reacción y mas por haberte echo ponerte así. Cuenta. -Me miró con confianza y me dedicó una media sonrisa, pero me bastó por que se que así ve que puede tener confianza.

jueves, 23 de agosto de 2012

16. Problemas

Con mi moto y con el pelo en la cara por la carretera que llevaba al centro de Barcelona iba. Me sentía libre y eso me gustaba y mucho, hacía mucho tiempo que no tenía esta sensación junto a Stefan, estos últimos años fueron de odio, pero al parecer este vuelve a estar bien conmigo. No se lo que le hizo cambiar de actitud, si mi cambio, si la llegada de Ivan al instituto... ¡Ivan! Tengo que estar antes de las nueve en casa. ¿Y si habían vuelto antes? ¿Y si ya me estaban buscando? Mire mi reloj con rapidez y me di cuenta que era nada mas que las seis de las tarde, menudo susto, pero calculando el tiempo tendría que irme ya a la casa. Estaba justo en el puerto de Barcelona, donde había como una figura de una montaña rusa de metal, podía ver el mar, y eso siempre me distraía. Estaba apoyada en el barrote viendo el mar, a solo unos pasos de la moto y volver para dejar de fingir que me he ido de casa, pero no podía evitar la distracción de ese mar abierto, libre y hermoso. Una brisa suave acariciaba mi pelo laceo que hacía que se me pusiese la piel de gallina, pero me gustaba esa sensación y mas en lugar donde me encontraba, por un momento sentía como me cogía de la cintura suavemente Stefan, me creía que no era verdad, pero noté su cálido aliento al hablarme.

-¿Es precioso verdad?- Cuando quería el podía ser romántico, pero tenía razón, una de las cosas que mas me gustaba en el mundo era el mas abierto y su esplendor. No podía negarlo, así que asentí con la cabeza a la pregunta que me había echo y saqué una sonrisa que pocas veces sacaba, se estaba poniendo el sol. En ese momento mentalicé, ¿Qué hago aquí con Stefan y encima poniéndose una puesta de sol? Debo volver a la casa, y debo de olvidarme de Stefan. Apuntó de dirigirme hacía el para irme, este me dio la vuelta y me clavo sus hermosos ojos esmeraldas a los míos. No me salían las palabras, podía ver en sus ojos que ese amigo que había perdido hace unos años había vuelto en estos últimos días. Deje de pensar en esas cosas y salí de entre sus brazos y me dirigí a el.

-Stefan, me tengo que ir. Mi padre me estará esperando. -Me costó mucho pronunciar esa palabra, me giré para montar en mi moto pero este me lo impidió. Notaba como la fuerza que tenía me cogía del brazo así impidiendo que me fuese. Su rostro había cambiado totalmente, no sabía lo que estaba pasando y me preocupaba y mucho.

-Se que no estas aquí por visita, esa mirada es de mentira Mell, te conozco desde los 3 años, mas te vale decirme la verdad. -Me conoce demasiado bien este chico, pero no podía decirle nada, prometí a Ivan que no diría nada, pero cuando me dí cuenta que este no me dejaría escapar me replantee otra forma de explicación como a la próxima no me soltase.

-Suéltame, tengo prisa Stefan, te lo explicaré en otro momen...-

-Ahora.- Dijo decidido, pero mis ojos se clavaron a los suyos como desafío, es la misma mirada que le ponía a Lunnaris, pero esta vez no era para que se petrificara.

-Como quieras. - Decidida me solté bruscamente y con una patada lateral conseguí darle lo suficientemente fuerte como alejarle de mi, corrí como la luz para llegar a la moto y lo conseguí. Ni me molesté en ponerme el casco ya que no permitiría que me siguiera, ya se había puesto el sol y casi no había luz en la carretera, en pocos segundos me alivié por pensar que este ya no podría seguirme, pero me equivoqué, a pocos metros detrás mía, oía una moto a toda pastilla, y al girarme vi su rostro de enfado. Pensé que no podía llevarle a la casa así que decidí parar de golpe fuera de la carretera apunto de bajar al bosque. Este vino en poco tiempo y se acercaba a mi con rapidez y enfado, mientras que yo estaba quieta, tranquila, pero con rabia por dentro, conteniendo todo lo que podía para no hacerle daño. Este llego a cogerme de los brazos con enfado, clavando sus ojos a los míos pero con furia.

-¡¿Pero se puede saber que te esta pasando?! Me estoy preocupando por ti. -Pude ver que le estaba sangrando la nariz por mi culpa, este me soltó de golpe a ver mi mirada de preocupación y se dio la vuelta. Estaba hablando solo, no lo entendía por que se estaba alejando, poco a poco se estaba acercando y me miró con muchísima preocupación. -Mell, ¿Qué esta pasando? -Apunto de contestar por su preocupación podíamos oír como si algo se acercaba, entre las sombras del arboles se veía unas sombras gigantes.

-Oh no...- Este me miró con un poco de miedo. -Corre. -Era una orden pero este no me hacía caso, le pegué para que espabilase de una vez. -¡Vete! -Reaccionó y se fue corriendo hacía la moto, pero no pudo llegar, una de esas sombras cogió a Stefan y me dí cuenta que al que buscaban no era a mi, era a el. Corrí a mi amigo atrapado y herido para salvarlo, pero al instante vi el rostro de la criatura, un Licántropo. Lo vi por la gran luz que daba un coche muy familiar, era el de Ivan, salio corriendo del coche al ver que el Licántropo me iba a atacar así impidió que fuese devorada. Abrazó mi cuerpo con fuerza para que no me hiciese daño en la caída y así fue, ni un rasguño, pero el tenía algún que otro arañazo. Me levantó y de un saltó acabamos en la carretera, donde se situaba su coche.

-Sube al coche. -No dudé en hacerle caso y veía como cogía con una fuerza inexplicable mi moto y la enganchaba al coche. En pocos segundos se subió al coche y nos dirigimos hacía la casa.



miércoles, 8 de agosto de 2012

15. Excusas.

-Desapareciste, y tu padre también. ¿Qué ha pasado? ¿Y tu padre? ¿Qué haces aquí?- No paraba de preguntar, aun no sabía el por que estaba aquí.- Quieres contestarme.-

-¿Por que debo contestarte? A ti no te importa el por que me venido para acá, ¿Y tu para que me sigues o que haces aquí? Dime la verdad.- En ese momento estaba que echaba humo por las orejas, notaba como a mi cuerpo se le subía la temperatura y vi la reacción de Stefan de apartarse. Decidí calmarme, el se acerco preocupado y me abrazó, pero se aparto rápidamente sin saber por que. Estaba un poco rojo y un poco sudando, pensé que nervioso no creía que estaría.

-Me has quemado... -Paro un poco y respiró.- Vale, Melody, dime que esta pasando por favor. Pero antes de todo, te voy a decir que hago aquí y así después me lo cuentas tu ¿Te parece?- Me costó, pero asentí y nos sentamos en la mesa donde me cogio desprevenida, el se pidió y café descafeinado de maquina con una empanadilla de atún, justo lo que me gustaba a mi, yo básicamente me pedí una coca-cola. Stefan parecía tan educado tomando su café que hasta por un momento pensé que era Ivan, bueno, dejé de montarme mis películas y vi como Stefan estaba con las intenciones de empezar su historia.

-¿Y bien?- Pregunté impaciente y este soltó su típica risita y me miró.

-Si que estas impaciente -Le sonreí por que era cierto pero me puse sería y le mire con ganas de que hablase.- Esta bien, haber, desde el día que te preparé el desayuno te noté un tanto rara, pero decidí pasar. Pero desde que esta Ivan conmigo, noto algo aun mas raro y no son los celos, es como desafío, y tengo como la obligación de desafiarle, y bueno, yo iba a pasar una temporada aquí en Barcelona con mi familia, y decidí volver para ver que te pasó. Y te he encontrado aquí. Y tengo curiosidad por una cosa en particular, ¿Qué haces tu aquí y donde esta tu padre, Alvaro?- Se me quedo mirando ansioso por que respondiese, parecía muy serio pero no  iba a contarle que Alvaro no es mi padre ya que el es un licántropo y yo soy hija de Atenea y tengo que buscar a mi padre humano. Tampoco sabía que iba a decirle que que hacía aquí. Toda mi cabeza pensando en las posibles escusas para quitarme a Stefan del medio. Volví  a levantar la mirada, y miré el rostro de Stefan, esos ojos verdes esmeraldas clavamos en los míos azules verdosos como un enlace que no se podía separar. Volví a apartar la mirada y seguía pensando la escusa perfecta, hasta que la tuve.

-Mi padre -Me costó mucho pronunciar esa simple palabra.- ha cogido unas vacaciones, y como el y tu sabes, siempre me ha gustado visitar Barcelona.-

-¿Y donde esta tu padre si se puede saber?- Preguntó de repente, pero se me ocurrió una escusa rápida.

-Esta buscando hotel en Barcelona, y yo ya me he dado una vuelta y he parado aquí a descansar.-

-¿Y esa moto? ¿De donde la has sacado?- Jolines con las malditas preguntas.

-Me la ha comprado mi padre por haber sacado tres sobresalientes en historia.- Parecía que se lo creía todo, y la cosa era verdad, saqué tres sobresalientes en historia y me prometió que me compraría una moto. La verdad es que era una buena historia, por que desde peque siempre he quería visitar Barcelona y la verdad tenía ganas de ir a ver la ciudad. Este vi que me tomó la mano y me sonrío, su sonrisa brillaba mas que nunca y me levantó de la mesa y fue corriendo hacía las motos aparcadas y me miró.

-Coge tu moto que vamos a dar una vuelta por Barcelona.- Me sonrío de nuevo y yo también sonreí y corrimos para montar en las motos y salimos disparados para la ciudad, a la ciudad de mis sueños, al centro de Barcelona.

jueves, 2 de agosto de 2012

14. Barcelona

El se quedó mirando, sabiendo que estaba muy interesada en ese tema. Pero fue Lunnaris la que respondió.

- Pues, como has podido ver, los unicornios, son especiales ya que son jóvenes y aun no les ha crecido el cuerno cuando tu los vistes. Otras criaturas son los licántropos como tu conoces, y los opuestos a estos, los vampiros. Por lo que sabemos, hay mas razas, pero no en este mundo. -Vale, dijo vampiros, unicornios... Y lo gracioso es que dicen que aun hay mas criaturas en otro mundo que aun tengo que estudiar. Toda mi vida sería distinta a partir de ahora. En este momento me sentía diferente, no me imaginaba esto en mi vida. Solo estaba fijandome en Lunnaris y pensando que sería ella en ese mundo, podía ser cualquier cosa.

- Vale, si yo soy la hija de Atenea, ¿Como he acabado en la Tierra?- Esa pregunta les vino de imprevisto, pues no se imaginaban que preguntaría eso. Ellos tardaron en reaccionar, pero al final, Ivan tubo el valor en responder.

- Mell, no sabemos nada de tu pasado, tan solo tenemos confirmado de que tu padre es humano, y no sabemos nada de el. Tampoco sabemos como has llegado aquí, ni tu madre pudo responder por problemas de memoria. Si pudiésemos te lo contaríamos todo, lo siento Mell.- Se explicó bien Ivan, pero aun así, me sentía mal por no saber como he llegado aquí, pero una pregunta me rondaba por la cabeza, ¿Quien podía ser mi padre? Pero decidí no preguntar, ya que de esa forma agobiaría aun mas a Ivan y Lunnaris. Estos me miraban fijamente a mis ojos un tanto contentos por por fin haberme contado toda la verdad que ellos sabían, pero, por lo que me olía, esto solo acababa de empezar. Ivan se levantó del sofá y me abrazó con dulzura, se notaba que sabía la situación por la que estaba pasando y eso me aliviaba. Cada vez que veía sus hermosos ojos azules, sentía que me gustaba cada vez mas su presencia. Bueno, nos volvimos a mirar y decidí levantarme he irme a mi habitación, pero antes de que subiese las escaleras y me giré y decidí en preguntar.

-¿Donde estamos?- Estos se me quedaron mirando y sonrieron.

-Estamos en Barcelona, y aquí entrenaras hasta que estes preparada.- Respondió Lunnaris con firmeza, mientras que Ivan asentía seriamente pero con una sonrisa en su cara. Rápidamente, me vino a la cabeza el rostro de Stefan, el por que, es por que se que siempre por navidades y por vacaciones iba para Barcelona por que su familia vive allí, y el en una ocasión vivió ahí, pero su padre  fue trasladado a donde vive ahora por cosas de trabajo. Preferí no comentar nada del tema por que no venía a cuento, sentí como Ivan me tomaba de la mano y me acompañaba a mi habitación. El era demasiado bueno conmigo, pero no sabía si era por que era su deber o por si sentía algo por mi.

-Mell, nosotros ahora nos tenemos que ir ¿Vale?- Asentí decidiendo así no preguntar a donde iban otra vez.- Volveremos sobre las diez, he encargado la comida para las ocho, ¿Te parece bien?- Volví a asentir sonriendo y me abrazó con cariño.- Ten cuidado.- Solo dijo eso y se fue rápidamente. Me tumbé en la cama pensado que podía hacer siete horas sin ellos. No sabía mucho de lo que estaba pasando, así que, cualquier cosa que ocurriese podría ser normal. Decidido. Me levanté de la cama y al ver que el coche de Ivan no estaba decidí bajar y coger la moto de repuesto que había, ya que tenía el carnet de moto aprovecho he investigo un poco de que iba la cosa. La moto era una Vincent Black Shadow, alucinaba con esa moto, y soñaba con alguna vez montarla. No me lo pensé dos veces y tomé las llaves de la moto y salí de aquella casa del bosque. Iba a una velocidad que no podía calcular, y el sonido de la moto me motivaba aun mas. Me memorizaba el camino de vuelta y el tiempo que tardaba, y paré en una gasolinera para tomarme algo. Apunto de levantarme noté como si alguien me se estaba apoyando en mi hombro con fuerza, a continuación  quité la mano con fuerza para quitarmela de encima y salí corriendo para mi moto, pero volvio, y pude ver el rostro. Alguien que no me esperaba, ese rostro masculino que siempre me ponía de los nervios, pero esos ojos verdes esmeraldas mostraban preocupación.

-¿Qué haces aquí Mell?- 

-¿Qué haces tu aquí Stefan?-

martes, 17 de julio de 2012

13. Explicación


¡¿Como?! Vale, un momento de reflexión ¿Se esta refiriendo de la Diosa Atenea? Vale, esto es un programa de cámara oculta seguro. Veía como Hinata se iba acercando a mi con rapidez, y me cogía de la mano. Notaba su preocupación en sus ojos, y me preguntaba el por que de su preocupación.

-¿Ellos aun no te han dicho nada verdad?- Preguntó esperando que fuese sincera, yo no dude ni un instante y negué con la cabeza, ella suspiró y me miró a los ojos.- Tienes mucho que saber, yo no se toda la historia, pero hay unos que...-

-¡Melody!- Giré y vi como Lunnaris iba corriendo hacía mi desesperada por mi huida. Hinata me soltó al instante y se alejó, es como si tuviese miedo de ella, no entendía el por que. Lunnaris llegó hacía mi y me cogió de los hombros desesperada.- ¡¿Como se te ocurre irte sin mas idiota?! ¡No sabes que estas en peligro!- Esta me intentó llevar de vuelta pero me solté bruscamente y la miré con odio.

-¡¿Como quieres que sepa que estoy en peligro si no me dices nada de mi?!- Esta se quedó de piedra, pero yo no me corté y seguí hablando. -¡Soy la hija de Atenea y no me dijiste nada! ¿Como no quieres que este así? Y hace nada descubro que mi padre, bueno mi supuesto padre es una vestía...-

-No es una vestía cualquiera, es un licántropo.- Dijo Hinata con mucha claridad y seriedad. Lunnaris se dirigió hacía ella con una mirada desafiante, esto parecía un campo de batalla, pero decidí meterme en medio de estas dos al instante. Me sentía bastante incomoda pero a unos pocos segundos pude separarlas.

-Mell, nos vamos. Y no es una sugerencia.- Dijo claramente Lunnaris, no me hizo mucha gracia la idea, pero suspiré y comencé a seguirla. Pero antes de salir de ese campo de batalla, Hinata se dirigió hacía mi y me dio un papel. Supuse que era su numero de teléfono, y acerté, ella me sonrió y se la devolví y me dirigí otra vez hacía Lunnaris. La caminata de vuelta a la casa de donde me desperté se hizo mas larga de lo que esperaba, y por la posición del sol intuía que ya era sobre las tres de la tarde, pero en pocos minutos después volvimos a la casa. Al entrar en la casa pude ver a Ivan sentado en el sofá junto uno de los libros que estaba en la habitación donde me desperté, este al oír el cierre de la puerta giró con brusquedad y me miró preocupado y corrió hacía mi como un loco y me abrazó. Sentía todo su calor y su agradable aroma, pero decidí soltarle, tenían muchas cosas que explicarme.

-Tienes cosas que explicarme.- Dije solamente, y eso le bastó para cambiar la cara y conducirme hacía el sofá junto a Lunnaris. Me daba a mi que iba a ser una historia interesante.

-Bien Mell, anoche recibiste la noticia de que tu eres hija adoptiva, y le viste transformarse en una criatura peligrosa, nosotros intentamos reaccionar antes, y entregarte el regalo de tu madre lo antes posible para poder liberarte de tu padre y que tuvieras tu verdadero cuerpo, el que te mereces.- Le interrumpí.

- ¿Y esto que tiene que ver con mi madre? ¿Es cierto que soy la hija de Atenea?- Pregunté decidida a que me diesen un respuesta. Ivan respiro y miró a Lunnaris y esta le asintió.

-Veras, si que eres la hija de Atenea, eres hija de un mortal y de Atenea, eres una semidiosa. De tu pasado sabemos muy poco, por no decir casi nada. Solo se que desde hace muchos años te estamos buscando, y cuando encontramos tu paradero, nos informamos de que convivías con... Un licántropo. Tu supuesto padre ya sabía lo que eras, he intento cubrir tu aspecto natural para no perderte, sabemos que te quería por alguna razón su manada, o por lo menos es lo que sospechamos, no hay nada seguro. - Estaba sin palabras de lo que estaba oyendo, yo, la pringada del colegio hija de Atenea.- Pero esto no lo tiene que saber nadie, eres la única hija heredera de Atenea Mell, y al ser semidiosa, solo tu ser te otorga un don. Tu madre es la diosa de la diosa de la guerra, la sabiduría, la estrategia de combate, las artes y la justicia; con entrenarte un poco, podrías convertirte en una de las mayores guerreras de la historia. - Me quedé un segundo meditando de toda la información que me había dado en apenas unos minutos, en mi mente volví a ver la escena de cuando hice una quemadura a uno de los de la pandilla de Hinata, y lo del coche, y pensé que eso no venía en la información que me había dado, pero lo dejé pasar por que tenía una pregunta que mas me interesaba.

- ¿Y vosotros que sois?- Pregunte directamente, algo tartamudeando. Ivan me sonrió y volvió ha hablar.

- Yo soy hijo de Zeus, controlo los rayos y la electricidad y poco mas. Y Lunnaris, no lo sabemos exactamente, no es exactamente un semidiosa, pero es como si lo fuera. Aparte... Existen otros tipos de criaturas en nuestro mundo.- 

-¿Qué tipo de criaturas te refieres?- Pregunté interesada y miré a Lunnaris, a sus hermosos ojos pardos pidiendo una respuesta.

miércoles, 11 de julio de 2012

12. Escapada

¿Como que no era humana? Bueno, el cambio de aspecto era bastante sospechoso, pero... A ver, todo lo que era mi vida normal, ya nunca la podré recuperar. Mi cabeza daba vueltas y vueltas. Tenía los ojos clavados en los de Lunnaris, haciendo así que me tranquilizara un poco. Pero esto era demasiado, yo no podía aguantar este tipo de presión que me sometía en el cuerpo.

-¿Como que no soy humana Lunnaris?- Me levanté de la cama directa y alucinando de la información que me había dado. Seguidamente, ella se levantó y me cogió de los hombros para que yo me relajase un poco, pero poco funcionaba, hasta un momento que me apretó mas los hombros que llego hasta dolerme. Me quejé y le empuje haciendo así que se separase de mi, tomé un respiro y le mire a los ojos en forma de desafió, haciendo que esta también me mirase así. Esto parecía un fría guerra de miradas asesinas y cada vez que ella se enfurecía mas, mas me enfurecía yo. Así estuvimos un buen rato, hasta el momento que Lunnaris no paró, pero decidió hablar.

-Mell, para. No sabes en lo que te estas metiendo.- Parecí bastante sería de lo normal.- Cuando cuente tres vamos a parar.- Aun seguía con esa mirada, pero sus palabras eran maduras.- uno, dos y tres.- Ese tres no me convenció mucho pero le hice caso y paramos a la vez. Esta suspiró aliviada, y se dirigió otra vez a mi.- No vuelvas a hacer eso, puedes hacer daño a alguien.- Solo pronunciar esas palabras, esta se fue de la habitación de un portazo y yo me quedé sin aliento en el mismo sitio donde se ejecutó la guerra fría de miradas. ¿Hacer daño a alguien? ¿Qué querría decir con eso?, ya estaba harta de tanta pregunta, así que, decidí ir otra vez para la estantería y cogí uno de los libros y lo metí en mi mochila. Nada mas meterlo, me miré en el espejo mi vestimenta, era la del instituto, me giré y vi un armario, lo abrí y pude ver que estaba ahí toda mi ropa y mas que tenía nueva. No lo pensé ni dos veces y decidí cambiarme. Opté por mis pantalones cortos vaqueros un tanto rotos, con mis botas negras altas, y para la parte superior, un top negro sin tirantes que enseñaba el ombligo, y por si tenía frío cogí como si fuese una chaqueta larga fina manga larga de estampado vaquero. Me dirigí para el baño, y me peiné con un par de pasadas a mi pelo laceo. Dejé a un lado las tonterías, y cogí la mochila y salí de la habitación a toda prisa.

Pude llegar hasta la sala de estar, era una casa bastante peculiar, con estampados similares a los de la habitación que apenas unos minutos he estado. Bueno, el caso, es que conseguí ver la entrada, pero para mi era la salida a esta pesadilla. Con mucho cuidado, y sigilo, conseguí salir de la casa. Estaba con en medio de un bosque espeso, era totalmente verde, pero, podía ver como una marca de camino que se podía ir andando. Corría como si la vida dependiese de ello, quería huir de todo lo que estaba pasando, quería volver a mi vida normal, mis lagrimas caían por mis mejillas solo el pensar que todo este tiempo mi supuesto padre me haya estado mintiendo. Mi cuerpo cada vez que daba mas pasos se cansaban aun mas, hasta que hubo un momento que caí en el suelo, al parecer ya no estaba en el bosque, si no en la carretera, en medio de la carretera. Todo mi cuerpo estaba sin fuerzas y casi ya ni podía parpadear he intentar imaginar otro mundo para dejar de sufrir, hasta el momento que oía como si un coche se acercase a mi y sin intención de frenar. En un estúpido intento de levantarme solo conseguí que en la caída me hiciese mas daño en el coche, ya podía sentir el atropello del coche, estaba ya a escasos metros de mi, ya olía la muerte y la veía ante mis ojos azules como el mar y verdes como la naturaleza. Cerré los ojos para que mi muerte no fuese mas mala, y en mi opinión esta muerte estaba tardando mas de lo normal, decidí abrir los ojos para ver que es lo que había pasado. Increíblemente me pude levantar, y pude ver el coche que iba a ser mi asesino totalmente aplastado y quemado, como su hubiese estado rodeada por un moro que le hiciese cobrar esa forma de destrozado. Estaba en ese momento mas confusa que antes, ¿Eso como había pasado? mas y mas preguntas, esto ya era demasiado raro. Pocos segundos mas tardes aparecieron unos tipo indios o personas de no de la ciudad que me miraban sorprendidos. Ellos debieron ver lo que pasó, y pensé acercarme a hablar pero estos me se adelantaron y se me acercaban a mi con mucha rapidez, parecían locos, y me cogieron por las espaldas haciendo así siendo en su prisionera. Me pegaban, y tiraban de los pelos. No aguantaba mas y sin saber como, estos sintieron ardor y si apartaron de mi con los dedos quedamos, hasta el punto que uno de ellos quería matarme. Pero una figura familiar salió de la nada.

-¡Basta!- Pudo decir Hinata.- Dejad en paz a la hija de Atenea.- 

domingo, 8 de julio de 2012

11. Alguna información

Sobre volábamos en la inmensidad de la noche, metiéndonos en las nubes, bajo la luz de la luna llena, que estaba mas intensa y mas bella que nunca. Agarraba todo el torso de Ivan y deseaba no separarme nunca, mi fantasía era inmensa y parecía que ya me daba igual estar a una altura incalculable, volando sobre un caballo con alas, agarrada a Ivan... ¡Dioses! Vale, ya estaba en la realidad. Sacudí la cabeza y Ivan soltó unas risitas, mientras que yo aun no me creía lo que estaba pasando. De repente, veo que Lunnaris y su fabuloso caballo alado blanco como la nieve se acercaba al nuestro. Parecía que quería hablar con Ivan, pero me equivoqué, se dirigía a mi. No se que querría ella, pero me ha salvado la vida, y ella tendrá las repuestas a lo que debo de saber. Solo pude medio oír unas palabras que esta mencionaba que al parecer hacía que me quedase dormida. Poco a poco, mis ojos se iban cerrando, hasta el punto que no pude evitar cerrarlos del todo.

Me sentía muy cómoda donde me encontraba, no abría los ojos por que me encontraba tan a gusto que no quería que se me acabase el placer, pero la intriga que que es lo que había pasado me podía aun mas que el placer. En pocos segundos abrí los ojos poco a poco por el cansancio que tenía en el cuerpo. Lo veía todo borroso por lo cansada que estaba, pero ya iba recuperando la vista, haciendo así, que pudiese observar en donde me encontraba. Visualizaba el lugar donde me encontraba, era una habitación bastante peculiar, las paredes llevaban unos estampados de nubes borrosas de colores del atardecer, con el cielo de esos colores incluidos, el techo de color blanco como la pura nieve. Esta habitación también tenía como un gran mueble con muchos libros, se veía que les gustaba investigar. Eran de leyendas y novelas sobre magia... Decidí levantarme he ir hacia los libros con decisión pero poco antes de poder coger algún libro llamaron a la puerta.

-Mell, soy Lunnaris, ¿Estas despierta?- Mi corazón latía a mil y al oír su delicada voz me tranquilicé. Sacudí la cabeza y me decidí a responder, pero antes de ello me dirigí hacía la cama para disimular un poco. En cuanto estaba en la cama respondí.

-Estoy despierta.- Al instante, la puerta se fue abriendo poco a poco, y ahí estaba Lunnaris, llevaba unos vaqueros cortos grises un poco rotos, con una camisa manga larga, bueno casi al codo, de hombro caído. Era de color negra con una especie de colmillos blancos que en ellos caían sangre roja. Sin duda tenía un gusto bastante personalizado, pero me gustaba, y mucho. Llevaba una bandeja que parecía ser para mi, llevaba de todo un poco, parecía que era para un ejercito y con suerte sobraría. No pude evitar sacar una sonrisa y me fijé que se dio cuenta, y puso la bandeja del desayuno en la cama con mucha delicadeza y se sentó en un lado de la cama. Llevaba la melena suelta con un par de horquillas en un lado de la cabeza, esta resopló y me hizo un gesto para que desayunase, yo asentí y empecé a tomar las tostadas seguidamente por un baso de leche, y para finalizar una manzana roja como la pura sangre. En ese momento me decidí a preguntar por lo que estaba pasando.

-Lunnaris, creo que tu y tu hermano me debéis una explicación ¿No crees?- Ella me miro y resopló otra vez.

-Es cierto, pero es mejor que te lo contemos mi hermano y yo. Ahora mismo, Ivan se ha ido, y no volverá hasta el medio día.- Se explicó con toda sabiduría.- Solo te voy a decir una cosa, el cambio de imagen que obtuviste hace poco tiempo, tiene que ver con tu madre, y Alvaro, te puedo asegurar que no es tu padre. Este te ha obligado a estar contigo todo este tiempo para que no experimentases este cambio, pero ya se veía imposible.- No se que tenía que ver mi madre en todo esto, y por que no quería mi supuesto padre que cambiase de aspecto. Aun tenía muchas preguntas en la cabeza.- Y por ultimo que deberías saber es que, nosotros, Ivan y yo, no somos seres humanos corrientes.- En ese momento me quedé helada, ¿Como que no son humanos?, no me lo podía meter en la cabeza.- Ni tu tampoco.

miércoles, 4 de julio de 2012

10. Descubrimientos

-¿Papa?- Estaba en shock, no sabía que pintaba mi padres aquí, miles de preguntas volvieron a pasar por mi cabeza.- ¿Qué haces aquí?- Ivan y Lunnaris estaban alucinando pero actuaron normal, al igual que Hinata, que esta le tenía respeto a mi padre sin saber por que.

-Te estaba buscando, supe de la explosión cerca de casa y te estado buscando. Nos vamos a casa.- Dijo seriamente, fue hacía mi y me cogió la mano dirigiéndose al coche. Yo no le detuve, pero Ivan si. Mi padre le miró seriamente y con miedo, pero Ivan no se retiró. Otro duelo de miradas se batia en la cabaña de Hinata y esta era bastante sería.- Quítate Ivan, mi hija y yo tenemos que hablar...-

-¿Como puedo saber que es tu hija?- Dijo seriamente, y desafiándolo. Esa pregunta me dejó helada, no sabía a que venia esa pregunta, no sabía lo que venia todo esto. Cada segundo que pasaba tenía mas miedo aun.- ¿Como puedo saberlo, si ella es especial y tu no? Yo se de donde viene, y tu no eres de su sangre.- Dijo esta vez un poco mas cabreado y ahí decidí entrar.

-¡Ivan! ¿Como puedes decir eso? El es mi padre.- Dije defendiendo le haciendo así que mi padre me soltase de la mano y me puso en su defensiva. Pero Ivan reaccionó de una forma rara y no pensaba que fuese así.

Me cogió y me llevó hacía el, cosa que no pude soltarme. Podía sentir su perfecto cuerpo, respiraba de su aroma de Dios y deseaba no soltarme. Ese sentimiento se suprimió y intenté soltarme pero no lo conseguí. Este me volvió a coger en peso y salió corriendo por la puerta, detrás suya iba Lunnaris y Hinata. Pocos segundos despues conseguí que me soltase, y le empujé. Ivan me miro con cara de desafió, apunto de volver a empujarle y decirle unas cuantas cosas empezó a temblar el suelo. Me dí la vuelta y pude contemplar como mi padre estaba a escasos metros de nosotros. Estaba sacando espuma por la boca y estaba sacando mas musculo de lo normal. Sus colmillos parecían mas afilados que los de un tiburón y el miedo sentía era inmenso. Veía como su ropa se iba rajando, y cada vez le salía mas bello corporal.

-¡Melody! ¡Ven, corre!- Gritó Ivan y de inmediato me cogió de la mano y corrimos por el bosque, pero yo no podía quitar el ojo de ver la transformación de mi padre, no podía dejar de mirar, mi vida ya no sería lo mismo. Y pude ver en lo que se convirtió mi padre. Un oso gigante o lobo, no sabía como describirlo, solo sabía que aun es cuatro patas, este tenía la altura de dos metros y medio como mínimo. Me quedé clavada en el suelo, he Ivan intentaba llevarme a salvo. Solo a escasos segundos este monstruo me devoraría junto a Ivan, pero me equivoqué, ya no sentía contacto físico con Ivan, por que lo tenía en mis narices. Solo a pocos metros, y se iba acercando esa bestia, y antes que lo pudiese oler o sentir, abrí los ojos y pude contemplar como Ivan luchaba con la bestia. Se subió encima y lo controlaba con las orejas, tenía un pelaje marrón oscuro y los ojos negro como el vació. Pocos segundos después, podía ver que Ivan estaba derrotando a mi padre y al momento veía como Lunnaris venia corriendo con un caballo alado. Vale un momento, ¡un caballo alado!, era negro como el carbón y otro que venía detrás, blanco como la nieve. Esto ya era demasiado.

-¡Melody ven!- Estaba de piedra, solo podía contemplar la pelea. Hasta que veía que Ivan estaba apunto de matar a la vestía con una espada que parecía de fantasía. Ahí decidí intervenir.

-¡Ivan no lo mates!- Grité con todas mis fuerzas, y cayendo lagrimas por mis mejillas Ivan no le mató. Se quedó inmóvil la bestia en el suelo y aprovechó en bajar. Me cogió y subimos al caballo alado negro, mientras que Lunnaris iba en el blanco. Y cuando estábamos en el aire, podía ver como mi supuesto padre se ponía en pie y nos miraba y aullaba a la luz de la luna llena.